Sunday, May 19, 2024
HomeStandard Blog Whole Post (Page 44)

El proceso del teñido natural se basa en colores sacados de la vegetación y de los minerales presentes en la naturaleza, según las técnicas indígenas que se han traspasado por generaciones. Escondidos en la corteza, las hojas, raíces y a veces las flores, se encuentran colores que, luego de ser hervidos, penetran la lana para no salir más.

A continuación, ver nota educativa generada por la Fundación Chol Chol

 

Origen de Colores

El teñido natural


El proceso del teñido natural se basa en las técnicas ancestrales de la cultura mapuche y que fueron traspasadas de generación en generación. Originando colores obtenidos del entorno natural donde viven las tejedoras, cuya vegetación está ligada a sus flores, frutos, cortezas, hojas y raíces, como también minerales o tierras, que luego de ser hervidos, penetran la lana para no salir jamás.

Imagen

Esa es la ventaja del teñido natural: es eterno y único. Para teñir hay que hervir durante una hora como mínimo el vegetal escogido, que luego se deja en remojo. Posteriormente, al extraer el agua, se coloca la lana y se pone a calentar nuevamente unos minutos más para afirmar el color – en ocasiones el proceso puede tomar más de dos días. Finalmente se lava bien la lana hasta que el agua sea transparente. Para evitar que se destiña la lana se usan los «mordientes»: entre los más habituales está la sal y la piedra lumbre, pero antiguamente las mujeres mapuche usaban su propia orina y la ceniza u hollín que quedaba en el techo de las ruka.

Algunos ejemplos, La Flor del Matico da un amarillo que no se destiñe y si se usa Michay, el color puede perderse. El Notro florecido tiñe anarajando. Las hojas del Maqui mezcladas con flores de Chilco dan un tono morado. Para obtener el color café, por ejemplo se usa la cáscara de cebolla, Barba de Palo o la raíz del Michay. El rojo intenso natural es difícil de encontrar en la actualidad, ya que las especies que lo proveían no están presentes en el territorio: el Tineo/raíces de Relbún.

Rojizo
Aserrín de alerce, aromo australiano, cáscara de lingue, barba de hualle

Imagen

Rosado
Cáscara de cebolla, cáscarra de hualle, fruto de mora

Imagen

Naranjo
Barbas de hualle, cascaras de cebolla, hoja de pitra

Imagen

Naranjo Claro
Flor de dahlia

Imagen

Color Melocotón
Cáscara de cebolla

Imagen

Amarillo
Flor de aromo Hoja de ají Flor de Pica Pica Flor de matico

Imagen

Verde Oscuro
Hojas de durazno, hojas de Nogal

Imagen

Verde Oliva
Hojas de durazno, pasto

Imagen

Verde Claro
Alcachofa, hojas de durazno y nogal

Imagen

Morado
Fruto de sauco

Imagen

Gris
Barro, hojas de eucaliptos y hollín

Imagen

Negro
Cáscara de lingue, barro gredoso, raíz de nalca, quintral, maqui

Imagen

Negro (natural)
Color natural de la oveja negra

Imagen

Café
Cáscara de boldo viejo, barba de pellin, raíz de pita, raíz de maqui

Imagen

Café claro
Palo de quila, maitén verde, barba de manzano, hojas de boldo
Imagen

El proceso del teñido natural se basa en colores sacados de la vegetación y de los minerales presentes en la naturaleza, según las técnicas indígenas que se han traspasado por generaciones. Escondidos en la corteza, las hojas, raíces y a veces las flores, se encuentran

Durante décadas se ha manifestado de que el pueblo Mapuche no conocía la escritura ni la lectura, que la transmisión cultural mapuche se hace por medio de la oralidad (1); y además se ha sostenido que son los hombres mapuche los que ostentan las posiciones de poder al interior del entramado social. Dichas narraciones surgen principalmente del análisis de cronistas en su totalidad hombres ajenos a la cultura mapuche, quienes luego de observaciones superficiales relataban la vida cotidiana de este pueblo, fijándose en los aspectos que les parecían mayormente relevantes desde su perspectiva.

Por Ana Millaleo (*)

Título original del texto:

El Witral, la escritura ancestral de las mujeres mapuche

Al igual que la historiografía universal en donde las mujeres como actores relevantes y constructoras de historia fueron invisibilizadas, las mujeres mapuche se transforman, en las crónicas, y relatos de historiadores, en acompañantes de los grandes guerreros mapuche, preocupadas principalmente de los aspectos reproductivos.

“Aunque en general tienen las mujeres el color más castaño que moreno, tiénenlo muchas veces verdinegro y quebrado, y unas más blanco que otras, según los temples de las tierras donde nacen y se crían… Son comúnmente de mediana estatura, y en general tienen grandes y negros ojos, cejas bien señaladas, pestañas largas y cabello muy cumplido… Su vestir es honesto para bárbaras, pues usan de faldas largas, mostrando sólo los pies descalzos y los brazos desnudos. Sus ejercicios son hilar y tejer lana de que se visten… Tienen a cargo las mujeres la labranza de las tierras, y el hacer los vinos…”.(2)

Uno de los temas que han sido poco investigados es lo de la escritura ideográfica por medio del telar, escritura (dato no menor) que era manejada principalmente por las mujeres mapuche. La invisibilización de estas temáticas se inscriben principalmente en la centralidad que se le da en la historiografía occidental a los hombres mapuche, principalmente a la utilización de la figura del héroe para la construcción de los estados nacionales, a la asociación de lo indio a la barbarie y al reduccionismo del arte mapuche a la artesanía.

La complejidad del entramado social del pueblo mapuche queda constreñida en un paradigma que supone una superioridad de la cultura del observador respecto a lo observado y que habitualmente reduce las creaciones culturales del pueblo mapuche al folklore, a lo sin importancia; algo que tiene sólo un valor de uso y remite por ende a la cotidianeidad, y no a la permanencia o a la trascendencia. Esto es lo que ha sucedido con algunas de las manifestaciones culturales mapuche. Se ha subestimado su importancia y se han dejado de lado muchas fuentes de conocimiento y de comprensión de esta cultura milenaria.

Subestimación e invisibilización de la escritura mapuche

Por siglos, la sociedad occidental con su carácter universalista y expansionista, ha concebido la escritura y la imprenta como el elemento fundamental que ha dado soporte y justificación a la existencia y la historia de “todos” los pueblos, Levi – Strauss definió de la siguiente forma a los pueblos sin escritura llamados primitivos:

“Estudiemos, pues, sociedades “primitivas”. ¿Pero que entendemos por esto? A grandes rasgos, la expresión es bastante clara. Sabemos que “primitivo” designa un basto conjunto de poblaciones que han permanecido ignorantes de la escritura y sustraídas, en consecuencia, a los métodos de investigación del historiador puro; sociedades a las que la expansión de la civilización mecánica ha llegado solo en época reciente…” (3)

Por la imposición y validación de estas visiones los pueblos sin escritura han sido considerados más atrasados en la escala evolutiva de la humanidad, esta ultima teniendo su origen en las teorías del darwinismo social impulsadas potencialmente durante el siglo XIX en América latina por los criollos republicanos y las cuales constituyen el soporte teórico e ideológico del discurso de progreso, el cual se sobrepuso y materializó sobre la mal llamada “barbarie” representada en los pueblos originarios mediante la imposición de los Estados Nacionales y por tanto “civilización” traducida en la cultura occidental como la forma exclusiva, legitima y valida de organización socio-política que debía predominar en estos territorios. De esta manera, “Los europeos (…), satisfacieron su apetito de territorios al ocupar aquellos de los pueblos primitivos” (4). Bajo esta óptica y lógica situada en tal contexto, planteamos que históricamente se ha establecido la subestimación e invisibilización, de la escritura del pueblo mapuche como estrategia de dominación.

El solo hecho de denominar a un pueblo como sin escritura, era ponerlo en un status de inferioridad esto es visible en el ensayo de Derrida “La violencia de la letra: de Levi – Strauss a Rousseau”.

“Si se deja de entender la escritura en su sentido estricto de notación lineal y fonética, debe poder decirse que toda sociedad capaz de producir, vale decir de obliterar sus nombres propios y de valerse de la diferencia clasificatoria, practica la escritura en general. A la expresión “sociedad sin escritura” no correspondería entonces ninguna realidad ni ningún concepto. Esa expresión pertenece al onirismo etnocéntrico, que abusa del concepto vulgar, es decir etnocéntrico, de la escritura.(5)

La dominación de los conquistadores por sobre el otro “indio” se sustentó y hasta el día de hoy se sustenta, en una superioridad imaginada. Es así de este modo que a utilizado al otro para sustentar el discurso propio, la cultura occidental se sirve del significante para llegar rápidamente al significado, haciendo que ciertas situaciones sean borradas invisibilizadas, y no permite que la otredad hable.

Es así como se ha situado al centro de la producción cultural y ha leído desde la linealidad la historia, estableciendo jerarquías y estadios en donde hay pueblos inferiores y otros superiores, siendo la escritura un parámetro para el posicionamiento de estas. El establecimiento de estas jerarquías son planteadas y legitimadas a partir de un pensamiento científico que se plantea como objetivo pero que sin duda es utilizado al servicio de las formas polimorfas del poder que en el caso de los pueblos originarios tiene que ver con la instauración de los Estados Nacionales.

Es por eso que puede mirarse con sospecha el no reconocimiento de la existencia de la escritura ideográfica mapuche, ya que a otros pueblos originarios si se les ha posicionado dentro de esta lógica clasificatoria en un estadio superior donde se reconocen escritos a pueblos originarios que consecuentemente presenten características y rasgos de “civilización”, como son los Maya y en un caso mas cercano a nuestra realidad, las tablas parlantes del pueblo Rapa Nui (Tablas Rongo Rongo).

El manejo de la escritura en el caso de los Maya era de uso exclusivo de los sacerdotes y solo ellos podían descifrarlos (6), en el caso Rapa Nui, la explicación del no desciframiento del significado de las Tablas Rongo Rongo se atribuye al traslado forzado de “hombres” Rapa Nui a las guaneras del Perú (1862 – 1863) (7) . En ambos casos la escritura está asociada al manejo masculino de esta, el conocimiento reconocido como legítimo es el manejado por los hombres, lo que podría llevarnos a que la invisibilización de la escritura mapuche es consecuencia directa de la invisibilización y desvalorización de la mujer mapuche en la lectura histórica que se hace de este pueblo originario.

“esas infelices, vendidas por sus padres por un precio vil, casi podría decirse por algunos alimentos o por algún vestido, pasaban a constituir un hogar triste y sombrío, en que faltaban casi todos los goces de la vida doméstica” (8)

La mujer mapuche es vista solo como un sujeto de intercambio, víctima de su realidad histórica y “retraso” cultural, supeditada a un espacio domestico, espacio inferior al en que se ubicaban las mujeres occidentales. El espacio domestico en que se desenvuelven las mujeres mapuche, no era de interés para los cronistas, ni para los historiadores, era someramente descrito, como reversa de la gran cantidad de material que existe sobre las hazañas militares, de los héroes masculinos de ese pueblo, de los grandes parlamentos, en resumen del espacio publico mapuche, todos espacios de interacción entre los conquistadores y los conquistados. Son relatos de la interacción, relatos que tienen que ver con lo visible desde el punto de vista del relator, y como ya hemos dicho con anterioridad, de quienes se atribuyen el manejo de la producción cultural.

No es de extrañar por lo tanto que la escritura mapuche y la manipulación simbólica, producción que se llevaba a cabo en este espacio altamente despreciado por la cultura occidental, no haya salido a la luz quedando olvidado y oculto tras los grandes relatos épicos de este pueblo.

El telar y la escritura ideográfica en manos de las Domo.

La construcción del imaginario mapuche desde lo occidental tiende a generar comparaciones y ordenamientos, juegos de poder en donde el dominador interpreta la cultura de los “dominados” desde la arbitrariedad de su paradigma. De ahí la negación de la existencia de la escritura mapuche y la invisibilización del rol de las mujeres al interior de esta. Muchos de los relatos de los cronistas hacen referencia a la gran capacidad bélica y las características viriles de este pueblo (9), siempre relegando y subvalorando el espacio de desarrollo femenino mapuche. La modernidad se abre con esta idea de que todo gira entorno al Pater. A América llega un conquistador con altos índices de masculinidad que trae consigo una estructura societal que se basa en el patriarcado.

Esto no tiene que ver con victimizar o poner en el rol de victimas pasivas de la historia occidental, a las mujeres mapuche, sino mas bien con develar la poca sinceridad de la historiografía occidental y sus errores en la interpretación de las culturas otras, al trasladar la valorización negativa y la insignificancia que tiene lo domestico para esa cultura. El occidente desprecia la labor y a quienes la realizan, a diferencia de lo mapuche donde el cuidado de la vida es de enorme relevancia, centro del conocimiento y de la reproducción cultural, no es por nada que las mujeres mapuche se tratan entre si de ñuke (madre), estado de respeto y de gran valoración social.

“Ni la labor ni el trabajo se consideraba que poseyera suficiente dignidad para construir un bios, una autónoma y auténticamente humana forma de vida; puesto que servían y producían lo necesario y útil, no podían ser libres, independientes de las necesidades y exigencias humanas.” (10)

La lectura occidental del rol de las mujeres mapuche claramente a ayudado no tan solo a borrarlas como constructoras de su propia historia, sino también a que aspectos relevantes situados en los espacios femeninos mapuche de poder, pasen desapercibidos, por cuanto la lectura occidental de la historia mapuche además de estar sesgada por la inferioridad que se le asigna a lo indígena, queda sesgada por la inferioridad que se le asigna a lo femenino y el lugar en que este se desenvuelve.

La textilería mapuche parte del mundo femenino de este pueblo a quedado relegada a la construcción de objetos útiles para la sobre vivencia, y desde ese punto de vista es difícil que este sea abordado en su complejidad, como espacio de relación e interacción entre mujeres, como un espacio de construcción de realidad y del discurso de este pueblo.

“Un día, una chiquilla lavaba mote en el río, llegó un viejo y se la robó; se la llevó pa’ sus tierras. Se caso con el viejo la chiquilla. Dicen que le dijo: “Me voy pa’ la Argentina, cuando vuelva yo me tienes que tener toda esta lana hilada”. Se fue el hombre y la niña quedo llorando… cuando sabía hilar! llorando junto al fogón y en eso el choñowe kuzé (el fuego vieja), le habló: “No tienes por que afligirte tanto, yo voy a llamar a Lalén Kuzé (la araña vieja) y le dijo a la chiquilla: “Tienes que hacerlo como yo, mírame y aprenderás a hilar”.

Así que pasaron los días, cuando volvió el hombre, las lanas estaban hiladas.

Lalén Kuzé todas las noches fue a ayudar a la niña y juntas terminaron el trabajo.” (11)

Este epew (12) mapuche cuenta como el traspaso del conocimiento del telar es propio de las relaciones entre mujeres, y que el ejercicio de este conocimiento se mantiene y perpetua por medio de un pacto sagrado entre las mismas. La sabiduría de estas dos ancestros con quienes se realiza este pacto, es traspasada a la mujer joven quien tiene una responsabilidad al interior del entramado social mapuche, responsabilidad a la cual no puede renunciar.

Los procesos de aprendizajes de la textilería mapuche, tienen que ver directamente con la socialización femenina, en estos espacios las mujeres intercambian conocimiento y se relacionan con sus pares, comparten situaciones y la responsabilidad de generar los ropajes que brindaran abrigo y protección a los integrantes del lof.

“El telar es una de las responsabilidades de la mujer a través de ella se transmite información relevante, se utiliza un sistema de escritura ideográfica, pues a partir de la observación del color de la prenda, se identifica la procedencia geográfica (Tuwün) de la persona y a través de las formas es posible identificar el origen sanguíneo, las funciones que desarrolla en su familia, su historia personal, etc. A través de los diseños es posible identificar si quien usa el producto tejido es Longko, Machi, su estado civil, su edad, etc.

Al elaborar un tejido, sea este una manta, un trarihue, trarilongko, o cualquier otra prenda, se construye pensando en la persona que lo va a usar y por tanto allí la tejedora define las formas que serán incorporadas en el tejido y los colores a utilizar; vaciando en el objeto energías que acompañaran a la persona, para quien es dedicada la prenda; por lo tanto no existe una producción en serie como lo es actualmente.” (13)

Las mujeres mapuche visten principalmente de negro, color que simboliza lo sagrado por que es la expresión de la amplitud del universo, de lo imposible de ser escrito, son pocas las prendas que estas utilizan que contengan simbología o escritura ideografica, me atrevería a decir que el trariwe es la única prenda que cumple con estas características, prenda que se relaciona directamente con el resguardo de la fertilidad y la protección sagrada de donde se alojara la nueva vida, el útero.

Las mujeres como manipuladora de símbolos es la que escribe al otro y lo constituye en che, ellas construyen al individuo poseedor de las prendas, en esta se puede leer la procedencia del individuo, su estatus en el entramado social y características personales. En los textiles se expresa el sentir de las mujeres, en ellos se cuenta y relatan historias, y desde la elección de las tinturas por medio de la recolección, hasta las terminaciones, se describe la historia del poseedor de cada prenda.

Otro aspecto importante a recalcar que es visible en este manejo simbólico expresado en el witral, es el conocimiento que debían poseer las mujeres de su entorno, y de los ciclos naturales. Tejer a telar esta directamente relacionado a manejar los códigos de la naturaleza, ya que esta es parte de todo el proceso de confección de las prendas, de ella dependen las tonalidades de las tinturas, que salen de diversos frutos y raíces que son recolectadas para este uso, las plantas recolectadas en diferentes estaciones del año dan colores distintos aunque se trate de la misma raíz, los tiempos de esquilado de la lana, entre otros inscribe el trabajo y el conocimiento del witral en una temporalidad espacial.

Ciertas capacidades mas elevadas de la lectura y reestructuración de los símbolos ideográficos en el witral, son solo conocidos por las tejedoras más experimentadas, por las grandes tejedoras, ñeminfe, ñeminchefe, ñemintufe o ñeminñürekafe. Estas ostentaban el manejo de los códigos ideográficos no tan solo su repetición y concreción en las prendas. Hasta el día de hoy son las que resguardan estos conocimientos, pueden leer y escribir difíciles entramados. Cuentan los relatos que las mejores tejedoras se encontraban en el Puelmapu, de hecho existen diseños que se realizan aún en esas zonas y que ya no son trabajados en el Gulumapu debido a los grados de dificultad y producción masiva que trajo consigo la frontera y el intercambio hasta nuestros días.

El traspaso del conocimiento del witral, entre mujeres, puede realizarse según distingue Willson por medio de dos modalidades, la primera de estas es la observación en lo cotidiano, al estar situado el desarrollo del arte textil al interior del espacio domestico y de crianza, las niñas aprenden mirando, muchas veces juegan a repetir las labores de la madre, la segunda modalidad distinguida por esta autora es por medio del aprendizaje especializado, la familia recurre a una ñeminñürekafe para que se haga cargo de la enseñanza del telar, previo acuerdo de pago y forma en que se llevara a cabo.

De acuerdo a mis observaciones puede darse el caso que la ñeminñürekafe reconozca en una niña ciertas habilidades o espiritualidad a fin para realizar este trabajo y sea la maestra que pida a la ülcha domo para que esta se transforme en su aprendiz. Ha estas dos modalidades podría agregarse una tercera que tiene que ver con el aprendizaje por medio de los sueños y de la entrega de un don por parte de los ancestros, esta es la otra lectura que puede hacerse del epew de Lalén Kuzé.

“poner telas de araña alrededor de la muñeca de la mano de las niñas, o bien pasarles pequeñas arañas sobre la palma de la mano para que sean buenas hilanderas. Estos ritos se realizan en el momento del nacimiento, infancia o adolescencia de una mujer y tienen por objeto facilitar el proceso de aprendizaje.”(14)

Estos ritos no tan solo tienen que ver con facilitar el aprendizaje de las técnicas del witral, sino que conectan el ámbito en que se desarrollan con el entramado sagrado del traspaso del conocimiento en lo mapuche, el conocimiento proviene de lo sagrado, por ende toda acción es sagrada porque tiene que ver con el ejercicio de un conocimiento, el pacto entre Lalén Kuzé y la niña acongojada porque no manejaba los códigos ni la producción textil mapuche, pacta con la naturaleza y sus fuerzas femeninas para adoptar ciertas cualidades presentes en esta.

“toda expresión ‘artística’ de los aborígenes es algo sagrado, es una representación grafica de lo que se puede percibir en otros ordenes de la Realidad, de ningún modo es fruto de la imaginación o de la ‘creatividad’. Es un retrato realista, pero estilizado, de algo objetivo”.(15)

La estructura de la escritura mapuche se basa en la combinación de figuras geométricas para la construcción simbólica, dentro de las figuras geométricas pueden distinguirse cuatro principales: rombos, triángulos, cuadrados y cruces, las combinaciones de estas son amplias y la innovación y repetición de las mismas estaba en manos de las ñeminñürekafe.

A través de las obras del witral se establece un dialogo entre las creadoras y los miembros de una sociedad. Las creación de estas esta inscrita en temporalidades históricas determinadas, los significados simbólicos van a ser leídos de acuerdo a esta temporalidad y variaran de acuerdo a la misma, es por lo tanto que un símbolo en cierto estadio no significara lo mismo en otro, el dinamismo de la escritura mapuche tiene que ver con su variabilidad temporal y con la capacidad de ir incorporando nuevos símbolos al engranaje simbólico principal.

Podrían distinguirse 4 procesos históricos de la escritura mapuche que cumplen la estructura cíclica propias de su historicidad, la primera es el intercambio interno, marcada por la reciprocidad, aquí las mujeres ostentaban un mayor poderío en la definición del sujeto a partir de la estructura simbólica de las prendas puesto que en los espacios de encuentro social eran ampliamente usados y aún muchos mapuche reconocían en el otro el discurso portado en cada prenda, las mujeres eran protagonistas y personajes de poder reconocidas y de alto estatus social, la segunda es la que llamaremos de comercio fronterizo, de intercambio con españoles y criollos, esta es etapa está marcada por una transformación en las formas económico sociales del pueblo mapuche, que no generan grandes variaciones en el proceso de elaboración textil, pero si en la lectura y en el desprendimiento de la significación de las prendas superponiéndose la utilidad de las mismas, ya que el receptor no comprendían los códigos sociales mapuche, aunque si existen evidencias históricas de prendas elaboradas para personas no mapuche de alta estima y respeto, en donde puede realizarse una lectura simbólica que nos puede llevar a la percepción que se tenia del sujeto, y el status que ocupaba, un ejemplo de esto es la Manta que fue del General José de San Martín, llamada manta de la luz, la cual le fue obsequiada por los mapuche, y hoy se encuentra en el Museo Histórico Nacional de Buenos Aires. Las mujeres eran intermediarias, estaban en el entramado comercial en el lugar de la producción, eran el nexo con el mundo occidental y sus textiles el mensaje intercambiado.

“La abertura central del poncho, o ñancal, esta adornada con el diseño del rewe – lonko, simbología que deriva del lukutuel (orante arrodillado), lo cual indica la gran jerarquía del portador.” (16)

La tercera la folklorización del arte mapuche y la perdida de significado, el valor de lo autóctono en un mundo globalizado, en esta etapa muchas mujeres abandonan la profundidad del conocimiento del witral por la producción a gran escala, en la actualidad se usan teñidos sintéticos, se realizan ventas al por mayor y por catalogo en Internet, es muy difícil encontrar ya, prendas hechas exclusivamente para un sujeto determinado a menos que existan tejedoras en su familia, aun así, la gran mayoría elabora tejidos de uso diario (sin diseños) son pocas las ñeminñürekafe ancianas.

La cuarta etapa la reconocemos en el retorno de lo mítico a partir del desarraigo, producto de las migraciones campo ciudad, encarnadas principalmente en la figura femenina mapuche, se produce una migración del conocimiento, el cual ya se había visto afectado por la segunda y tercera etapa, pero al desarraigarlo de la utilidad y de los aspectos pragmáticos de la vida, se ha comenzado a rescatar en su aspecto simbólico cultural, por mujeres jóvenes hijas de las primeras migrantes reconstituyéndose las formas de aprendizaje ya antes descritas, el aglutinamiento de personas mapuche en ciertos sectores periféricos de la Región Metropolitana hace mas fácil ir en búsqueda de las pocas ñeminñürekafe, y que estas reconozcan en otras mujeres perfiles espirituales similares y así potencien el rescate de la escritura ancestral un ejemplo de esto es el grupo denominado “las arañitas” compuesto por mujeres de edad joven o mediana edad. Estos grupos de mujeres han comenzado a escribir nuevamente, por lo menos los símbolos tradicionales, no me atrevería a aseverar si aun están capacitadas para la creación de nuevos símbolos con la nomenclatura de los ya existentes.

Errores y desentendidos de las ciencias sociales en el estudio de la mujer mapuche

Es bueno aclarar con respecto a la lectura de los datos ciertos males entendidos por parte de las ciencias sociales sobre la comprensión de la complejidad cultural mapuche. Dentro de ellos. está la lectura por medio de oposiciones binarias, tales como el de naturaleza / cultura, divino / humano, sagrado / profano, independientemente a que no se le asigne un valor negativo, estas divisiones polarizadas fragmentan el entendimiento de la simbología mapuche y de la complejidad de su paradigma.

Entender la escritura mapuche en el telar fuera de lo sagrado, o dentro de un espacio solamente doméstico, es seguir leyendo con categorías occidentales la cultura mapuche, un ejemplo de esto es la utilización de algunas investigadoras feministas, que se han dedicado a la temática mapuche, de la comprensión dual del mundo para el sustento de estas oposiciones.

“Lo masculino reside en el sitio en donde mora el Sol, el Antü, astro permanente, inmóvil, que anima a la naturaleza iluminándola. Lo femenino se posa en el lugar de la luna, cuerpo traslaticio que irrumpe, escindido y luego pleno, el espacio celeste”… La mujer puede estar en el bien y en el mal: el carácter completo e incompleto de la luna. El hombre debe estar en el bien (la cualidad de luz y calor del sol).”(17)

En esta cita, puede verse que la femineidad mapuche es comprendida como una oposición binaria y la masculinidad queda en la inmanencia, en este caso del bien. Este tipo de ordenamientos generan comprensiones románticas de la estructura sexual mapuche. Para subsanar estos errores y la creación de las figuras románticas a partir de la comprensión dual simplificada, creo que es más pertinente dentro del proceso histórico en que se inscribe el mundo mapuche (periodo cíclico), que nos refiramos a la comprensión cuatricíclica del universo: está lo dual femenino y masculino, pero estos sujetos se inscriben dentro de una temporalidad, algo que ha sido muy pocas veces abordado en los estudios de este pueblo, aspecto fundamental que da la variabilidad y dinamismo a los roles sexuales al interior del pueblo mapuche. Analizarlos como sujetos diluidos y no aferrados a atributos concretos, no hace más que esencializar la división sexual del mundo mapuche.

“se pretende fijarla en objeto y consagrarla a la inmanencia, ya que su trascendencia será perpetuamente trascendida por otra conciencia esencial y soberana.” (18)

La negación de las especificidades socio históricas y culturales, impide el seguimiento de los efectos que estas mismas producen en las relaciones que las mujeres establecen con su entorno, no permitiendo dilucidar las relaciones de poder que se establecen en este entramado, relaciones de poder siempre variables. De este modo surgen los malos entendidos, que se inician con la comprensión fragmentada del universo mapuche, la visión esencialista de la cultura que la desarraiga y la pone en una posición ahistórica, y ahora con los análisis feministas la subscribe a un ordenamiento patriarcal y machista.

Andrea Coñuecar frente a esta situación dejara abiertas las interrogantes:

Sin embargo, existen conceptos que incluyen variaciones en cuanto a conceptualizar y otorgar en forma correspondiente grados de valor ¿Qué era lo bueno o lo malo, para una sociedad que no establecía en su cosmovisión el concepto de pecado? ¿Es pertinente adjetivar de machista a una sociedad indígena, desde los ojos del dominador?” (19)

Metodología de reconstrucción histórica del saber de las mujeres mapuche

Con respecto al trabajo de reconstrucción histórica de las mujeres mapuche, se ha hecho muy difícil recabar información desde fuentes no contaminadas, es por bien sabidos que en lo que dice relación con el telar y la escritura ideografica en manos de las domo, que la segunda etapa y la tercera han influido en cierta perdida de la interpretación de la simbología icnográfica mapuche y sus significados, las lecturas que pueden hacer incluso las propias tejedoras no están libres de las influencias introducidas por el contacto con los dominadores, internalizadas por medio de los aparatos de control propios de cada estructura cultural, reconociendo como principales la adopción de la religión foránea y la inserción en la educación formal occidental.

Es por lo tanto que ha mi parecer es de enorme interés referirnos a fuentes no conscientes en el abordaje investigativo del mundo mapuche, una de estas puede ser el relato de las machi en transe. Para esto hay que tener claro que son los propios mapuche los que deben partir a esta reconstrucción y el investigador debiera cumplir con las siguientes categorías principales.

Ser Mapuche

Conocedor de la cultura propia y del protocolo

Hablante de Mapudhungun

Este tipo de investigación es de difícil acceso y por eso el muestreo debiera realizarse por bola de nieve, es recomendable en los casos de observación no asistir con métodos invasivos que puedan generar algún tipo de interferencia en la comunicación entre el espíritu de la machi y los ancestros o fuerzas. El investigador debe ejercitar su memoria posterior al encuentro y conocer el protocolo espiritual no tan solo el societal, a la hora de interrogar a esas fuerzas como interlocutor con los espíritus que se comunican por medio de la machi.

Es labor de estas nuevas generaciones utilizar los elementos aprendidos como herramientas de la interpretación de la cultura propia, y es una lucha constante ser manipulador de estos y no ser determinado como sujeto, por los mismos. Así podremos hacer como Lalén Kuzé, tejedores de nuestro propio entramado histórico mapuche.

Notas

(1)http://www.serindigena.org/territorios/recursos/biblioteca/monografias/historia/documentos/9_primera_parte_IV_mapuche_cap1.htm

(2) Así describe a la mujer mapuche Alonso González de Nájera, autor del Desengaño y Reparo de la Guerra del Reino de Chile, fuente: www.icarito.cl . Es importante destacar que esta fuente es base para el desarrollo de tareas escolares y a contribuido a formar una suerte de conciencia colectiva en relación a la comprensión histórica, en este caso de los mapuche.

(3) Levi – Strauss, 1987, p137, citado en “La literatura de resistencia de las mujeres ainiu”, Yolanda Muñoz González, México D.F, Centro de estudios de Asia y África, 2008, p 200.

(4) Friedrich Ratzel, “La geografía política”, fotocopia, Pág.65.

(5) Derrida Jacques, “La violencia de la letra: de Levi Strauss a Rousseau”, Revista Observaciones filosóficas, Libros y recensiones, Octubre 2006, PDF, p. 39.

(6) http://coleccion.educ.ar/CDInstitucional/contenido/recursos/1492.html

(7) Grebe Vicuña, Maria Ester, “Culturas indígenas de Chile: Un estudio preliminar”, Pehuén, Santiago, 1998, p51.

(8) Barros Arana en Jose Bengoa, “Conquista y Barbarie”, Pág. 127.

(9) Francisco A. Encina, Historia de Chile, Zigzag, Tomo I , p 36

(10) Hannah Arendt, La condición humana, Paidós, Buenos Aires, 1993, p.p 39 – 40.

(11) Montesino, Sonia, “Mujeres de la tierra”, Ediciones CEM – PEMCI, Santiago, 1984, p41.

(12) El epew al interior de la enseñanza tradicional mapuche tiene que ver con el traspaso de valores sociales por medio del relato oral, sus protagonistas principales generalmente son animales o fuerzas de la naturaleza, estas historias no necesariamente son reales a diferencia del piam.

(13) http://ln.fica.cl/tcpdf.php?id=4266

(14) Willson, Angélica, “Textilería mapuche, arte de mujeres”, Ediciones CEDEM, Santiago, 1992, p11.

(15) http://nasdat.com/index.php?topic=1304.0;wap2

(16) Varios autores, “Mapuches del Neuquen; arte y cultura en la Patagonia Argentina”, LUZ Editora, Buenos Aires, p.148

(17) Montesinos Sonia, “Sol viejo, sol vieja; lo femenino en las representaciones mapuche”, SERNAM, Santiago, 1995, p.17.

(18) Simone de Beauvoir, El segundo sexo, Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1999, p.31.

(19) Intersección mujer mapuche / género: Aproximaciones desde la mirada mapuche, Andrea Coñuecar Ojeda

Noviembre, 2000. http://www.mapuche.info/mapuint/conuecar001100.html


* Socióloga investigadora mapuche, Magíster de Género y Cultura con Mención en Ciencias Sociales en la Universidad de Chile. Autora e intérprete del grupo musical Wechekeche ñi Trawün.

 

Durante décadas se ha manifestado de que el pueblo Mapuche no conocía la escritura ni la lectura, que la transmisión cultural mapuche se hace por medio de la oralidad (1); y además se ha sostenido que son los hombres mapuche los que ostentan las posiciones

Europa, como origen cultural y geográfico de una forma de entender el mundo que nos ha llevado hasta el borde del precipicio, tiene que volver a sus orígenes y recordar que hubo un tiempo en que también acogió culturas que respetaban, defendían y amaban la vida”, fue una de las frases de la pintora y muralista Mapuche, Paz Treuquil, en una entrevista realizada durante este 2017 en el portal de divulgación cultural “Europa Indígena”.

En este sitio, Paz destaca que sus obras expresan el lado sagrado y lo espiritual de la naturaleza: “Nuestra cultura está ligada a la naturaleza, a la Ñuke mapu (Madre Tierra) sin la cual dejaríamos de existir. Para nosotros los ríos son las venas por la que fluye la sangre de esta Gran madre de la que todos venimos y a la que todos regresamos en un ciclo de vida sin fin. Esta agua-sangre alimenta las raíces de las plantas y árboles de los bosques, que es la piel por la que nuestra Ñuke Mapu respira. Por eso, cuando llegaron los europeos, como a tantas y tantas otras tierras, con una cosmovisión antropocéntrica que según ellos les legitimaba para devastar a la naturaleza y asesinar a nuestros ancestros, estalló el conflicto. Este conflicto aún perdura desde entonces, pues somos una cultura que aún mantiene su lengua y su espiritualidad ancestral, que seguimos necesitando de la naturaleza para que nuestras machis (chamanas mapuches) continúen realizando sus remedios naturales y se puedan comunicar con las fuerzas de la Tierra y del Cielo. Lo que ha sufrido y sufre la cultura mapuche, es la misma historia de infinidad de pueblos indígenas de todos los continentes. Muchos desaparecieron, pero también otros muchos hemos resistido y, sin duda, resistiremos. Así que mis cuadros, son un pequeño granito de arena que intenta mantener viva nuestra cosmovisión ancestral para que el legado de nuestros antepasados no se pierda y pueda ser trasmitido a nuestras próximas generaciones”.

A continuación, ver galería de obras de Paz Treuquil desde su sitio en internet,  desde donde además se puede acceder a su contacto.

GALERÍA DE OBRAS DE PAZ TREUQUIL

Neyen Manke

neyen manke, cosmovisión mapuche, kultrun, condor

Paz Treuquil (2013), 47×34 cm.

    “Existen leyendas en diferentes pueblos indígenas que dicen que antes de que hubiera un lenguaje hablado, había un lenguaje de armónicos. […] En el entorno de creencias naturalistas y chamánicas, este tipo de canto armónico sirve para comunicarse con los espíritus de la naturaleza, imitando los sonidos de animales, el viento, los pájaros, etc. […] Los armónicos vocales producen cambios en la respiración, en el latido del corazón, en las ondas del cerebro y en la consciencia. Diferentes áreas del cerebro se ponen a vibrar a través de estos sonidos y se activan para facilitar la entrada en un estado alterado de consciencia.”


La rueca de la vida

Paz Treuquil (2017), 80x120 cm.

Paz Treuquil (2017), 80×120 cm.

“Cuando miras al hilo y al huso como un reflejo de tu interior, te revelan información crucial para tu proceso de desarrollo y transformación. Lo que eres y lo que sientes se transporta a través de tus manos al hilo para que este espejo te ayude a verte.

Mientras gira el huso, deja que tus pensamientos se enrollen con el hilo dejando una huella a su paso; una marca o un cambio de grosor. Cuando la mente se vacía al ritmo del hilado, el hilo se va igualando y mientras concentras tu atención en el giro del huso permite que una imagen se te aparezca.[…]

El huso y la rueca han sido considerados objetos mágicos en las culturas paganas, con una conexión entre el arte de hilar y el mundo sobrenatural. El acto de hilar se considera un acto mágico porque, debido a su naturaleza rítmica y circular, induce estados alterados de conciencia o estados meditativos, al igual que ocurre con una danza repetitiva o el ritmo continuado de un tambor.”

 


Kilapán

Paz Treuquil (2017), 60x80 cm.

Paz Treuquil (2017), 60×80 cm.


Amama sare

Diosa mari vasca, ahari, sorgin, hilandera
Paz treuquil (2014), 70x110cm.

    “Mari, suele llevar cautiva a una jovencita y la retiene por un tiempo en su cueva, enseñándole a hilar y desvelándole ciertos secretos. Nos hallamos frente al arquetípico esquema de la iniciación femenina, con la reclusión de la novicia en un lugar donde no ha de ver el sol y en conexión, por tanto, con el simbolismo de la luna como artesana del tiempo y tejedora de la existencia, concebida ésta a modo de laberinto, como un intrincado cruce de caminos (posibilidades de ser) sobre el que se cierne el destino. No en vano la tela de araña, imagen perfecta de este concepto, se llama en euskera amama sare, es decir, red de la abuela (o lo que es lo mismo, red de los ancestros femeninos).”


Killen

luna, sagrado femenino, killen,
Paz Treuquil (2012), 40×50 cm.

    “La luna era indudablemente la imagen central de lo sagrado para nuestros ancestros; su ritmo dual, constante y cambiante, les proveyó de un punto de orientación desde el que medir diferencias, concebir patrones y establecer asociaciones. Su perpetuo regresar a los propios orígenes los impulsó a recomponer lo que en apariencia se había hecho pedazos. Ella era la medida de los ciclos temporales y de las conexiones e influencias celestes y terrestres. Gobernaba la fecundidad de la mujer, las aguas del mar y todas las fases de crecimiento y decrecimiento. Las estaciones se sucedían en secuencias, al igual que las fases de la luna. Constituía una imagen perdurable tanto de la regeneración en el tiempo como en la totalidad atemporal: lo que se perdía aparentemente con la luna menguante, se restablecía con la creciente.”


Mely Forrol

Arbol sagrado, cuatro razas, kultrun, cosmovision mapuche
Paz Treuquil (2011), 54×73 cm.

    “Los espíritus de los niños, antes de encarnarse y nacer a la luz en la tierra, viven en forma de pájaros sobre las ramas del árbol cósmico, dicen los cuentos altaicos. O en el interior de ciertos árboles, de dónde se separan a veces para entrar a través del ombligo en el vientre de su madre, cuentan los warramunga, del norte de Australia. […] Buda, Apolo, Artemis, son algunos de los muchos ejemplos que forman parte de una arcaica costumbre de dar a luz al pie del árbol. Según M. Eliade por el mero hecho de haber nacido junto a una fuente de vida y salud, el niño se ha asegurado el mejor destino. No tendrá enfermedades y estará fuera del alcance de los malos espíritus.”


Ngenko

Ngenko, rehue, pangi, cosmovision mapuche
Paz Treuquil (2015), 90×60 cm.

    “Para el mapuche el agua no sólo es dadora de vida, sino es vida en sí, tiene esencia o espíritu (NgenKo), por tanto es un Newen o energía, forma parte fundamental de nuestra cosmovisión. Siendo así, no puede existir sola, tiene que ser en simbiosis con otros elementos y/o newen, constituyendo el Itrofillmongen o biodiversidad. Para el mundo mapuche el agua es el mollfün o savia de la Ñuke Mapu, por el agua existimos todos los seres vivientes que formamos parte de ella. Para nuestros abuelos sabios, nuestras machi, el agua era sagrada y para atravesar un arroyo había que hacer un efku, un ruego para pedir permiso al NgenKo, espíritu protector del agua para poder pasar.”


Puliwen

Parto natural, partera, doula, cosmovisión mapuche
Paz Treuquil (2012), 40×50 cm.

    “La maternidad es un estado natural de la mujer, el ser madre es inherente a su naturaleza. En el pensamiento indígena, el hecho de generar la vida era la misión suprema de la mujer y una bendición de los dioses. La fertilidad, el origen de la vida, es un misterio que se convierte en mito en todas las culturas. Ya sea tierra o mujer, de ellas fluye el río de la vida, son el receptáculo en donde crece la semilla que dará vida y en donde se originan los seres humanos.”


Chollin

principio femenino, maternidad, madre tierra,
Paz Treuquil (2009), 47×70 cm. (2009).

    “El principio femenino de la naturaleza podría definirse como toda energía receptora capaz de acoger en su seno la germinación de cualquier forma de vida. Representa la vida manifiesta, el aspecto material y tangible de la Madre Naturaleza. De ella venimos y a ella regresamos en un ciclo incesante de vida, muerte y renacimiento. Así, para nuestros antepasados, la tierra oscura, húmeda y fértil era el receptáculo sagrado que acogía la regeneración de la vida vegetal cada primavera. De ella brotaban las nuevas semillas tras despertar del sueño invernal y de ella se alimentaban los árboles para engordar su tronco y vivificar sus frutos.”


Kalfupan

arte indigena, cosmovisión mapuche
Paz Treuquil (2012), 35×50 cm.

     “El ser humano civilizado, es decir, el habitante de las ciudades, ha perdido uno de los vínculos más enriquecedores con lo que no es él, ni es su obra: el vínculo con el animal. […] Entre todos los entes de la naturaleza los animales son los más semejantes al ser humano, tanto en sus formas como en sus comportamientos biológicos; además son seres expresivos que abren la posibilidad de una comunicación estrecha con ellos […] son demiurgos entre los humanos y lo Otro, aquello que es lo más lejano y extraño: los misterios de los cielos, del inframundo, de la vida y de la muerte”.


Yeguel

Cosmovisión mapuche, maternidad sagrada, crianza natural
Paz Treuquil (2013), 55×45 cm.

    “En las sociedades prehistóricas, la alimentación de los individuos infantiles mediante la lactancia era un recurso fundamental y esto pudo vincular a las mujeres a las actividades de mantenimiento y al espacio domestico pero sin que eso significara necesariamente desigualdad o subordinación. El menosprecio hacia estos trabajos es una construcción posterior de la sociedad patriarcal en la que vivimos. […] Los estudios etnográficos sobre sociedades actuales demuestran que lo extraño es encontrar una actividad que sólo acometan hombres o mujeres. El reparto de trabajo es una construcción social y, por tanto, cada sociedad la gestiona como mejor entiende.”


El totem del universo

arte francocantabrico, arte paleolitico
Paz Treuquil (2014), 70×100 cm.

     “El totemismo es la religión, no de tales animales, o de tales hombres, o de tales imágenes, sino de una suerte de fuerza que se encuentra en cada uno de estos seres. […] Ninguno la posee toda entera y todos participan de ella. Los individuos mueren; las generaciones pasan y son remplazas por otras; pero esta fuerza permanece siempre actual, viva y semejante a sí misma”


El panal de la vida

abejas, crianza natural, barrigas de yeso, maternidad indigena
Paz Treuquil (2013).

    “Existen similitudes entre la forma en que las madres-abejas y las madres-humanas alimentan a sus crías, unas a través de la miel y otras a través de la leche. Por otro lado y en un sentido más profundo, es conocido que las abejas son las responsables de la mayor parte de la polinización de las plantas, sin abejas la regeneración de la vida, la función maternal de la naturaleza corre un serio peligro. La actual desaparición de las abejas, como se viene repitiendo en distintos foros, es la señal que antecede a los duros tiempos que se avecinan, pues a la Ñuke Mapu ya no le queda otra opción que autoproducirse grandes cambios para poder sanarse. Pero también es la señal de que tenemos que ayudar a la naturaleza para facilitarle esos cambios, que en este caso concreto sería el de ayudar a las abejas a reproducirse”


Semilla del sol

Paz Treuquil (2016).
Paz Treuquil (2016).

Flor de leche

 Flor de leche, lactancia, maternidad, continuum, amor de madr, abejas, nectar,
Paz Treuquil (2014), 50×50 cm.

    “En el cuidado de los frutos de su cuerpo aprende la mujer, antes que el hombre, a desplegar su amor y cuidados más allá de los límites de su propia persona y a dirigir todo el talento creador que colme su espíritu al sustento y embellecimiento de otros seres. Estos cuidados son la base del desarrollo de la cultura, de ellos procede toda buena obra en la vida, toda entrega, todo cuidado y todo duelo final. Esta idea es expresada por los cretenses cuando vuelcan el máximo amor a su tierra natal en la palabra matria, y a esta idea se hace referencia cuando se ensalza la comunalidad del regazo materno como el lazo más profundo, como la única verdadera y originaria unión fraterna”


La Gran Madre y el Señor de los Animales

Dios astado, venus paleolitica, Diosa madre, principio masculino, principio femenino
Paz Treuquil (2013), 50×60 cm.

    “Hay dos tipos fundamentales de visión en la cultura paleolítica. Una de ellas se expresa en piedra, hueso y marfil de mamut (los elementos perdurables en los que las esculturas de la diosa fueron talladas). La otra se expresa mediante la pintura en las paredes interiores de las cuevas, dónde reviven los animales, dónde se dramatiza el ritual de la caza y se reflexiona sobre el mismo, y dónde los chamanes humanos y animales ofrecen los ritos de iniciación. ¿Podemos deducir de esto que originariamente no había uno, sino dos mitos básicos: el de la Diosa y el del Cazador? Las figuras gestantes de las esculturas hacen pensar que el mito de la Diosa Madre tenía que ver con la fertilidad y la naturaleza sagrada de la vida en todos sus aspectos, y por tanto con la transformación y renacimiento. Por contraste, el mito del cazador estaba relacionado sobre todo con el drama de la supervivencia; la acción de matar como un acto ritual llevado a cabo para vivir.”


Madres salvajes

Paz Treuquil (2017), 50x70 cm.
Paz Treuquil (2017), 50×70 cm.

Ahari

Ahari, carnero, dios astado, Busgosu, Dios Pan, principio masculino, señor de los animales
Paz Treuquil (2017), 80×120 cm.

    “Bajo el nombre genérico de Señor de los animales y de los bosques, se agrupan a seres mitad hombre, mitad animal y cuya virilidad sagrada se encargaba de vivificar y multiplicar la naturaleza de la que dependían las comunidades humanas prehistóricas. Podía tener rasgos de carnero como el Fauno romano o el Pan griego, de venado como el Cernunnos de los celtas, de toro como Osiris en Egipto y Tammuz en Mesopotamia, o de búfalo como Pashupati en el Indo. Y aún nos podemos remontar aún más atrás, hasta algunas pinturas paleolíticas del arte franco-cantábrico en la que aparecen representados seres antropomorfoss con cuernos de venado o bisonte”


Mairu

Mairu, hamairu, triple diosa, kultura matrilineala
Paz Treuquil (2015), 50×60 cm.

    “En las sociedades primitivas el arquetipo era un instrumento de aprendizaje, pues a través de la identificación con esa imagen el oyente (de leyendas y mitos) experimentaba una comprensión interna, consciente o inconsciente, y a través de la cual podía despertar y expresar las energías arquetípicas. Uno de los más frecuentes en muchas culturas era el de la fuerza femenina universal (la Gran Diosa), representado por tres figuras de mujeres y diosas que simbolizaban el ciclo vital femenino: la Doncella, la Madre y la Bruja.Estas tres caras de la Diosa representan los ciclos de la naturaleza (crecimiento, plenitud y marchitamiento) y fusionan los procesos conscientes y subconsciente de la mente humana, nuestra vertiente material, emocional y espiritual. La Luna se ha convertido en el arquetipo de la creación, la feminidad y la mentalidad femenina. Todas las religiones importantes contienen, con una forma u otra, indicios de esta trinidad.”


Tukukan

Tukukan, ceremonias de la siembra, dios agricultura, tammuz, osiris
Paz Treuquil (2011), 56×81 cm.

    “Durante el neolítico se desarrollaron rituales que identificaban a un joven dios con el cereal o las cosechas que cada año morían y cada año volvían a nacer. Él personifica la vida de la vegetación, la vida del cereal o del árbol frutal. Su matrimonio con la Diosa Madre une la tierra con el cielo y regenera la vida de la tierra. En Mesopotamia, como Tammuz, él muere y la diosa Ishtar va en su busca, descendiendo al inframundo para despertarlo de su sueño. En Egipto, la diosa Isis reune los fragmentos del cuerpo de Osiris y lo devuelve a la vida. Con el retorno del Dios, el cereal brota, el árbol florece y la fertilidad es devuelta a la tierra.”


Rewe

rewe, kultrun, cosmovision mapuche, machi
Paz Treuquil (2015), 70×110 cm.

    “El Rewe o Rehue (Lugar Puro) es en la cosmogonía mapuche, el árbol cósmico o eje del mundo y simboliza la conexión entre el Cielo y la Tierra, sus escalones recrean las plataformas del Universo. Es el lugar sagrado  donde se posan los espíritus invocados. […] Este tronco escalonado que es el rehue está clavado en la tierra frente a la casa de la MACHI, su forma levemente inclinada sirve para facilitar su ascensión o escalamiento.”


Killantun

Killantun, menstruación sagrada, kultrun, iniciacion femenina, cosmovision mapuche
Paz Treuquil (2011), 50×60 cm.

    “Nuestras costumbres nativas proponían, durante nuestras ceremonias de siembra y nutrición de las cosechas, que las mujeres en su tiempo lunar se movieran entre las plantas y derramaran su sangre. Nuestras mujeres siempre dieron su sangre honrosamente. Se sentaban sobre el suelo y la donaban directamente o la derramaban sobre musgos que luego depositaban sobre la tierra, para nutrirla y renovarla. Se acompañaban con esta canción: Entrego esta sangre de vida a todas mis relaciones y abro mi matriz a la luz. Entrego esta sangre de vida a todas mis relaciones y abro mi matriz a la luz. Entrego, entrego, entrego, entrego; abro mi matriz a la luz.”


Espíritus del bosque

Animismo, bosque sagrado, espiritus de la naturaleza
Paz Treuquil (2014), 60×50 cm.

    “Antes de que nacieran las religiones y las civilizaciones humanas, los primeros templos se encontraban ya al pie de los árboles, en lo más profundo del bosque o en los claros de las inmensas selvas que poblaban Europa. […] Se calcula que no queda ni siquiera un 1 por ciento de los bosques que cubrían, hace apenas un par de milenios, cuatro quintas partes de Europa. […] Podríamos decir que los europeos fuimos vecinos de un mismo bosque y que toda Europa era el país de los árboles y nosotros, habitantes e indígenas de aquella selva que proveía lo necesario para nuestra subsistencia e inspiraba nuestras más profundas creencias y formas de entender la vida”


Kalfu

Paz Treuquil (2009), 55x80 cm. (2009).
Paz Treuquil (2009), 55×80 cm. (2009).

    “En el conocimiento mapuche ya se narraba su propia version de como fueron los comienzos del Universo (lo que miles de años despues narra el mundo moderno, con toda su tecnologia, como big bang) : todo parte con una gran explosión o chrufquen Ruca, que en español significa : “el estallido de la casa de arriba”. Originalmente, el Universo tenía el aspecto de las cenizas dejadas por las brasas del carbón ardiente y de ahí aparecieron las primeras galaxias, la Vía Láctea (Huenuleufu: “el río de arriba”).


Pangi

Pangi, cosmovision mapuche, arte indigena, puma
Paz Treuquil (2012), 35×50 cm.

    “La mujer salvaje representa la esencia femenina instintiva, ya que dentro de toda mujer, alienta una vida secreta, una fuerza poderosa llena de sabiduría eterna. […] Todas sentimos el anhelo de lo salvaje. Y este anhelo tiene muy pocos antídotos culturalmente aceptados. Nos han enseñado a avergonzarnos de este deseo. Nos hemos dejado el cabello largo y con él ocultamos nuestros sentimientos. Pero la sombra de la Mujer Salvaje acecha todavía a nuestra espalda de día y de noche. Dondequiera que estemos, la sombra que trota detrás de nosotras tiene sin duda cuatro patas.” Clarissa Pinkola


Placenta sagrada

ritual de la placenta, el arbol de la vida placenta, crianza natural
Paz Treuquil (2014), 20×50 cm.

    “Los Navajo entierran la placenta de sus hijos dentro de lo que denominan las cuatro esquinas sagradas para vincular a su nuevo hijo con su tierra y sus ancestros. Los Maoríes de Nueva Zelanda entierran la placenta en tierra nativa por la misma razón. De hecho tierra y placenta comparten la misma palabra: whenua. Los Ibo de Nigeria y Ghana consideran la placenta como la gemela del bebé. Los Aymara y Quechua de Bolivia dicen que la placenta tiene su propio espíritu. La gente de Malasia considera la placenta como hermana mayor de sus hijos/as. En Islandia se piensa que el espíritu guardián del bebé reside en la placenta, de hecho la llaman fylgia que significa ángel de la guarda.”

“Europa, como origen cultural y geográfico de una forma de entender el mundo que nos ha llevado hasta el borde del precipicio, tiene que volver a sus orígenes y recordar que hubo un tiempo en que también acogió culturas que respetaban, defendían y amaban la

A continuación compartimos el trabajo de sistematización audiovisual del material recopilado en el marco del proceso de investigación llevado adelante por el proyecto «Paisajes Culturales de Wallmapu, Panorámicas de un Territorio ancestral», ejecutado por IMAGENOMADE  en el marco de un proyecto que contó con el apoyo Consejo Nacional de la Cultura y las Artes y que fue realizado por Francisco Cabellos y Gastón Calliñir.

SERIE VIDEOS PAISAJES CULTURALES

Video sobre Arpehue

https://youtu.be/G1mpQF3URFY

Video sobre Wixunko Rayen Mapu

https://youtu.be/lQPMTQCJ6Po

Video sobre Lilicura

https://youtu.be/_dQHNSC751Q

Video sobre  Renicura

https://youtu.be/R0n07KMz3xU

 

Video ruta del carbón

https://youtu.be/GzNqUXszMpA

A continuación compartimos el trabajo de sistematización audiovisual del material recopilado en el marco del proceso de investigación llevado adelante por el proyecto "Paisajes Culturales de Wallmapu, Panorámicas de un Territorio ancestral", ejecutado por IMAGENOMADE  en el marco de un proyecto que contó con el

Se estimaque la avifauna que hay en diversos territorios  de Chile,  incluye unas 479 especies de las cuales 33 especies están globalmente amenazadas de extinción, entre ellos el pato corta corrientes, el cisne de cuello negro, el pájaro carpintero, el ñandú, entre otros.

A continuación, como muestra de la diversidad y la belleza que hay de la avifauna en la zona centro sur en Chile, se comparte el siguiente trabajo gráfico y didáctico para identificar a las aves por medio de sus cantos.

VER TAMBIÉN

202 Aves con Vocalizaciones y/o Videos / Hacer click aquí

Aves en Chile por zonas / Hacer click

 

 

Se estimaque la avifauna que hay en diversos territorios  de Chile,  incluye unas 479 especies de las cuales 33 especies están globalmente amenazadas de extinción, entre ellos el pato corta corrientes, el cisne de cuello negro, el pájaro carpintero, el ñandú, entre otros. A continuación, como

Entrevista radial difundida en la Red de medios de los Pueblos sobre la Escuela Superior Campesina que se ubica en la Plaza de Curaco de Vélez, Isla de Quinchao, Archipiélago de Chiloé, desde donde se ha emprendido a través de la Fundación Curaco de Vélez una iniciativa autónoma y de autogestión para la formación e intercambio de conocimientos de diversas personas vinculadas a múltiples iniciativas colectivas de diversos puntos de Chiloé, como también de otras localidades continentales.

La Escuela  en su proceso formativo se centra en el aprender a hacer, el reaprender a pensar y la formación de personas en comunidad, involucrando elementos teóricos y prácticos, desde donde se impulsan también diversas iniciativas culturales abiertas al público en general.

Para habar de esta experiencia, a continuación entrevista a: Carmen Barría, Coordinadora Académica de la Escuela y Paloma Gajardo Bustamante, parte del equipo de trabajo y encargada del área de autogestión y cultura.

ESCUCHAR ENTREVISTA

https://cl.ivoox.com/es/21531676

Entrevista radial difundida en la Red de medios de los Pueblos sobre la Escuela Superior Campesina que se ubica en la Plaza de Curaco de Vélez, Isla de Quinchao, Archipiélago de Chiloé, desde donde se ha emprendido a través de la Fundación Curaco de Vélez

A continuación compartimos el acceso a la publicación: LA KINWA MAPUCHE, UN APORTE A LA ALIMENTACIÓN por CET SUR hace algunos años de los autores: Max Thomet y Juan Sepúlveda A.

INTRODUCCIÓN

La diversidad de hábitat en el mundo ha posibilitado el desarrollo de una gran variedad de culturas, las que han resuelto de diferentes maneras sus problemas de provisión de alimentos, abrigo, salud y bienestar. Este desarrollo es interdependiente con la creación de sistemas de conocimiento y se relaciona con las diferentes necesidades, costumbres y gustos de cada cultura. Esto hace, que también, el uso y la selección de plantas sean diversos, así como los criterios para incorporarlos en sus agroecosistemas, con lo cual, se corrobora que la diversidad cultural y la biodiversidad expresan una interacción, que, a través de la historia ha contribuido a enriquecer las diversas expresiones culturales de las sociedades.

Históricamente en los pueblos indígenas y campesinos, el manejo de la agricultura incluía sistemas ricos en símbolos y rituales, los que a menudo servían para regular las prácticas del uso de la tierra y para codificar el conocimiento agrario de los pueblos analfabetos3. Los diversos procesos de intervención y modernización4, a través de la historia, alteraron las bases simbólicas y rituales de la agricultura en sociedades no occidentales (Ellen 1982 citado por Hecht 1996). Estos procesos de modernización fueron más evidentes en la agricultura, puesto que, ella ocupa entre 25 – 30% de los suelos, con lo cual, se han generado altos niveles de destrucción de la biodiversidad, debido principalmente a los acelerados procesos de homogeneización, con una dependencia de no más de 70 especies utilizadas5.

Los principios, relaciones e interacciones entre las culturas y sus ecosistemas, tuvieron una rica expresión en la agricultura precolombina en la que destacan, por ejemplo, los sistemas de producción, acopio y distribución de los Incas, muy superior al frágil sistema agrícola europeo6.

Para el caso del pueblo Mapuche tenemos noticias de su agricultura por los relatos de los cronistas, la tradición oral de los propios mapuches y la evidencia arqueológica. Así por ejemplo, se reconoce el manejo de sistemas con una alta biodiversidad, la que se demuestra por la existencia de una dieta con productos alimentarios provenientes de sistemas cultivados y silvestres de recolección, lo que se relaciona con la concepción de vida de la familia mapuche y su interdependencia con la tierra y la naturaleza, como una expresión sagrada del valor de la vida. A pesar de un eminente abandono y pérdida de esta relación de comunicación con la naturaleza, muchos recursos, principalmente vegetales silvestres provenientes de especies endógenas, existen actualmente en los agroecosistemas mapuches, los cuales tuvieron y tienen un uso alimentario.

Ellos constituyeron la base de sistemas agrícolas más sustentables, de mayor autonomía y alta calidad biológica. Asociado a esta biodiversidad, encontramos una diversidad cultural referida al conocimiento sobre la naturaleza y el manejo de los agroecosistemas mapuches los que, al día de hoy, son parte de la riqueza cultural existente en muchas comunidades de la IX región.

Sobre esta base ecológico-cultural, se desarrolla la experiencia de reactivación de la kinwa (o quinua), permitiendo de esta forma una instalación como alimento, con lo cual la cultura le otorga la sustentabilidad al proceso para generación de experiencias en los mercados locales. De esta manera, se construyen las bases para generar procesos de soberanía alimentaria.

ACCEDER A DOCUMENTO COMPLETO FORMAO PDF – CET SUR

LA KINWA MAPUCHE, UN APORTE A LA ALIMENTACIÓN (Hacer click aquí)

A continuación compartimos el acceso a la publicación: LA KINWA MAPUCHE, UN APORTE A LA ALIMENTACIÓN por CET SUR hace algunos años de los autores: Max Thomet y Juan Sepúlveda A. INTRODUCCIÓN La diversidad de hábitat en el mundo ha posibilitado el desarrollo de una gran variedad

“Reviviendo la faja florida”  es una investigación desarrollada con apoyo de pobladores y creadoras del archipiélago de  Chiloé, que tiene como objetivo realzar y difundir tanto los conocimientos relativos a las fajas  tejidas en el archipiélago, como la historia y memoria de las mujeres tejedoras e hilanderas de Chiloé.

A través de esta iniciativa podemos aproximarnos a las fajas, sus historias,  diseño y colorido, lo que ha permitido crear un registro que resguarda y difunde esta sabiduría, cuyo trabajo fue coordinado por Marcela Cárcamo y contó con las colaboraciones en historiografía de Massiel lazo; En diseño gráfico, Cecilia Prudencio y Enzo barría; En fotografía y producción audiovisual, Héctor Caicheo y Carmen Maldonado.

Ver video y a continuación acceso a imágenes de la Revista

«REVIVIENDO LA FAJA FLORIDA» / VIDEO

https://youtu.be/waZtKRqS6k4

VER REVISTA IMÁGENES JPG

 

 

 

 

 

“Reviviendo la faja florida”  es una investigación desarrollada con apoyo de pobladores y creadoras del archipiélago de  Chiloé, que tiene como objetivo realzar y difundir tanto los conocimientos relativos a las fajas  tejidas en el archipiélago, como la historia y memoria de las mujeres tejedoras

Conoce esta importante experiencia que comparte el sitio web: AGROFLOR LOMBRICULTURA,  donde es posible ver todo el proceso para llegar a producir hortalizas o cualquier cultivo, en forma natural, libre de todo tipo de químicos, y con un excelente sano, económico resultado., cuyo punto de partida son los residuos orgánicos que todos estamos generando todos los días, ya sea en un departamento, condominio, casa con patio, parcela o definitivamente un predio de producción agrícola.

 

Ingresar a la web

AGROFLOR LOMBRICULTURA – HACER CLICK

Conoce esta importante experiencia que comparte el sitio web: AGROFLOR LOMBRICULTURA,  donde es posible ver todo el proceso para llegar a producir hortalizas o cualquier cultivo, en forma natural, libre de todo tipo de químicos, y con un excelente sano, económico resultado., cuyo punto de

A través del siguiente video, conocemos la experiencia textil de Matilde Painemil de la comunidad Mariano Lleubul. Cuenta sus inicios en el arte del telar cuando aprendió de otras mujeres tejedoras.

El video es parte de Kuyfi Kimun (Conocimiento Antiguo) de Nova producciones para CNTV

Ver video

https://youtu.be/EpaM-T0gRLQ

A través del siguiente video, conocemos la experiencia textil de Matilde Painemil de la comunidad Mariano Lleubul. Cuenta sus inicios en el arte del telar cuando aprendió de otras mujeres tejedoras. El video es parte de Kuyfi Kimun (Conocimiento Antiguo) de Nova producciones para CNTV Ver video https://youtu.be/EpaM-T0gRLQ