Sunday, May 19, 2024
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Algunas Instituciones de investigación han realizado trabajos dirigidos hacia los aspectos técnicos y metodológicos de la conservación del suelo ante las diversas formas de degradación de la tierra como ocurre por la erosión y contaminación lo que ha generado daños a ecosistemas y tierras cultivables.

El suelo como sistema multifuncional que sustenta los ecosistemas terrestres, es un elemento natural que contribuye a la soberanía alimentaria de los Pueblos, aportando beneficios a la humanidad en diversos aspectos. La degradación es un fenómeno que afecta directamente la capacidad productiva de los mismos y repercute en el bienestar de la sociedad; los incentivos para promover la conservación y manejo de los suelos, han sido mecanismos marginales e insuficientes desde las políticas públicas de los estados para mitigar o reparar las tierras dañadas.

A continuación, hemos realizado la selección de cuatro manuales relacionados a la conservación de los suelos, uno de Argentina, otro de centro América y un tercero de Chile, que se comparten a continuación para su descarga en formato PDF a través de la fuente de origen:

– Manual de Buenas Prácticas para la Conservación del suelo, la Biodiversidad y sus Servicios Ecosistémicos (INTA, Buenos Aires) – Descarga aquí PDF

– Manual técnico de prácticas de conservación del suelo. Programa de Manejo Integrado de Plagas en América Central “PROMIPAC” – (Publicación en agrohuertos e infoagronomo) – Descarga aquí PDF

– Guía métodos y prácticas de conservación de suelos y aguas (Boletin INIA – Instituto de Investigaciones Agropecuarias Chile) – Descarga aquí PDF

Algunas Instituciones de investigación han realizado trabajos dirigidos hacia los aspectos técnicos y metodológicos de la conservación del suelo ante las diversas formas de degradación de la tierra como ocurre por la erosión y contaminación lo que ha generado daños a ecosistemas y tierras cultivables. El

Más allá de las denominadas «Fiestas Patrias», hoy visto como sinónimo de empanadas, vino tinto, juegos típicos y cueca de salón, donde una cantidad importante de la población celebra y se siente más cercana a simbologías triviales, debajo de ello, quedan aún los retazos de tradiciones profundas y populares que con el tiempo han sido avasalladas por el poder político económico y por la pérdida progresiva de la vida rural.

El Chile del siglo 19, ese que tenía como frontera en el río Bio Bio al límite con Wallmapu, era mayoritariamente rural, donde predoninaban, según varias fuentes historiográficas, estructuras sociales inquilinas y peonaje, vinculadas como fuerza de trabajo al fundo y al poder del latifundista, muy de estilo oligárquico feudal.

Paralelamente estaban las chinganas, sitios que se han señalado como de entretención, para comer, cantar, bailar y tomar buenos mostos cultivados en la zona central, junto con ser un importante espacio de convivencia y de información, ya que allí circulaban las últimas noticias de quien se casaría, quien había muerto, quien había nacido.

En general, la Chingana fue uno de los lugares donde se desarrolló de modo más relevante la tradición popular, tanto de la cueca popular como del folclor en general. De hecho, según la memoria chilena, fue en una chingana de Curicó donde se desarrolló el célebre duelo de payas entre don Javier de la Rosa y el mulato Taguada, desafío que duró 96 horas y que se ha recuperado y recreado en numerosas oportunidades.

El Museo Vicuña Mackenna señala sobre Las chinganas: “Estas fiestas criollas se hacían de preferencia bajo el parrón de las viejas casonas de adobe. Allí se bailaba y cantaba, por lo general: resfalosas, seguidillas, gato, cañaverales, tonadas, secudias, secudianas, sajurianas, porteñas, pequenes, jotas, pajarillo, palomo, carditas y cuecas”.

El periódico el Ferrocarril del 28 de septiembre de 1857, señalaba: “Estos lugares proliferaron de las antiguas ramadas o «enramadas», que se ubicaban en los sectores rurales alrededor de las ciudades de la zona Central de Chile, especialmente en Santiago en el sector denominado La Chimba —la capital chilena llegó a tener más de cuarenta, que abrían todos los domingos y lunes”

Acerca de las chinganas de Renca en Memorias de 1831, se describían las chinganas de la siguiente forma: “Se constituían principalmente de una humilde instalación hecha con puntales de madera y ramajes secos de palmas, pinos o totora”.

En Santiago, el sector donde proliferaban las chinganas era La Chimba, ubicada en la ribera norte del río Mapocho. Una de las más famosas fue la de Teresa Plaza, conocida como “El Parral”, ya bien entrado el siglo XIX.

La chinganas no solo era esparcimiento, también era reunión, y mientras el estado chileno paulatinamente asfixiaba la vida rural y aumentaba los poblados urbanos, también con ello iba desapareciendo la vida de la chingana, incluso, en varias lugares del valle central a mediados de siglo 19 las chinganas fueron limitadas, varias cerradas y perseguidas, porque según se decía, molestaba a la oligarquía por transgredir orden político conservador de la época. “Varios miembros de la alta clase social se declararon abiertamente en contra de las chinganas”, publicaba una memoria de 1831, señalado por Rafael Valdés acerca de las chinganas de Renca.

Memoriachilena.cl publicaba que en en el año 1872, siendo intendente de Santiago Benjamín Vicuña Mackenna y ante los reclamos constantes de la “alta sociedad” y como un intento de regular la chingana, se instaló la “Fonda Popular”, mientras se clausuraron muchas chinganas y así se intentó concentrar la actividad en esta “Fonda Popular” ubicada en la esquina de las calles Arturo Prat y Avenida Matta. Sin embargo, cuenta la historia, perduraban algunas tradicionales con muchos bríos, como era el caso de “El Arenal”, de Peta Bustamante, ubicada en la esquina de las calles Marín y Lastra.

Así, paulatinamente, esta expresión popular esencialmente campestre, se fue limitando desde el poder hasta encuadrarla en lo que son las llamadas fiestas patrias, ya con el uso del término “Fonda” y ahí de alguna manera quedan algunos reflejos de los festejos a usanza, pero desvirtuados y revueltos.

Pareciera que la gran Violeta Parra al instalar la llamada carpa en el sector la Reina (1965 – 1967) y que habitó hasta el día de su muerte, lugar también llamado «universidad nacional del folclore», y que tuvo como dirección Calle La Cañada 7200, fue de alguna manera la recreación de una especie de tradición de chingana, donde pasaron junto a ella grandes músicos y se realizaron importantes eventos.

La oligarquía en el estado de Chile

Comúnmente, la historiografía define este período como aquel comprendido por el establecimiento de la Primera Junta Nacional de Gobierno (el 18 de septiembre de 1810) y la abdicación de Bernardo O’Higgins al cargo de Director Supremo (el 28 de enero de 1823). Este periodo es además subdividido en tres etapas que se denomina: la llamada Patria Vieja (1810 a 1814), la Reconquista o Restauración Monárquica (entre 1814 y 1817) y la Patria Nueva (de 1817 a 1823).

Más allá de celebraciones en un 18 de septiembre, hace recordar los orígenes y desenlaces estatales con situaciones de fondo, como la traición y asesinato del rebelde Manuel Rodríguez (1818) en los inicios de la llamada “independencia”; O Desde la invasión al territorio y masacres al Pueblo Mapuche a finales del siglo 19 y parte del siglo 20; La facilitación estatal para el genocidio de pueblos indígenas australes (Kawaskar y Selknam); La matanza de la Escuela Santa María de Iquique con el asesinato de trabajadores de las salitreras y sus familias (1907); La matanza del seguro obrero (1938); el mismo golpe de 1973 arrojando una serie de detenidos, desaparecidos, ejecutados, violentados por poderes fácticos, siendo varias las situaciones que se han proyectado más allá de la dictadura y que se siguen manteniendo hasta el día de hoy.

En suma, los inicios del proceso de esta “fundación” de este estado fue una independencia para oligarquías para que no paguen tributo a la corona española y seguir explotando de la misma forma lo que se ha proyectado hasta nuestros días.

Desde sus orígenes, esas mismas oligarquías representadas militarmente por O”Higgins, por ejemplo, conspiraron y asesinaron a los Carrera y a Manuel Rodríguez quienes luchaban por la independencia para “soberanía popular”. Así se gesta este llamado Chile cuya extensión geopolítica durante casi la totalidad del siglo 19 fue desde el río Copiapó hasta el Río Bio Bio, cuya frontera al sur, hasta 1881 era el Wallmapu, el territorio ancestral Mapuche invadido bélicamente por el ejército con esa data.

Cabe recordar que en septiembre del 2010 salió a la luz una carta que estuvo todo ese tiempo oculta, donde O”Higgins, el Director Supremo, con investidura oficial, a través de una carta, hizo un reconocimiento de la independencia Mapuche y los australes, indicando: “Araucanos, cunchos, huilliches y todas las tribus indígenas australes: ya no os habla un Presidente que siendo sólo un siervo del rey de España afectaba sobre vosotros una superioridad ilimitada; os habla el jefe de un pueblo libre y soberano, que reconoce vuestra independencia, y está a punto a ratificar este reconocimiento por un acto público y solemne, firmando al mismo tiempo la gran Carta de nuestra alianza para presentarla al mundo como el muro inexpugnable de la libertad de nuestros Estados”. La carta tiene como fecha sábado 13 de Marzo de 1819.

Más allá de las denominadas «Fiestas Patrias», hoy visto como sinónimo de empanadas, vino tinto, juegos típicos y cueca de salón, donde una cantidad importante de la población celebra y se siente más cercana a simbologías triviales, debajo de ello, quedan aún los retazos de

Un grupo de jóvenes exploradores se embarca en una expedición en kayak de cordillera a mar por la cuenca del río Wazalafken. Un viaje a través del corazón del territorio mapuche donde, a través de los relatos de los habitantes del río, se busca comprender el profundo valor espiritual del agua para este pueblo.

El documental “Río Sagrado” fue producido por MVMT en conjunto con el colectivo Bestias del Sur Salvaje.

Ver Video

Río Sagrado from MVMT on Vimeo.

https://vimeo.com/322600819

Dirección: Nicole Ellena & Erick Vigouroux

Producción: Jens Benöhr / Patrick Lynch / Henry Lystad / Paulo Urrutia

Edición: Carlos Lastra & Erick Vigouroux

Musica: Daniela Millaleo & Javier Milanca

Cámara: Erick Vigouroux / Carlos Lastra / Paulo Urrutia

Web: http://www.riosagrado.cl/

Un grupo de jóvenes exploradores se embarca en una expedición en kayak de cordillera a mar por la cuenca del río Wazalafken. Un viaje a través del corazón del territorio mapuche donde, a través de los relatos de los habitantes del río, se busca comprender

Habrían más de 40 mil humedales y se estaría contemplando una superficie aproximada de 1.460.400 hectáreas (1,93 % superficie del País).

Los humedales, espacios vitales para la supervivencia, cuna de diversidad biológica, fuentes de agua y productividad primaria para las diversas especies.

Ilustración: Humedales Chiloé

La cantidad de humedales que hay en Chile de acuerdos a catastros e inventarios varía de acuerdo a los enfoques. En el año 2015 se hablaba desde la cartera del Medio Ambiente de 30 mil humedales. En octubre del 2017 se señaló que existen 40.378 humedales inventariados, con un total de 1.317.704 hectáreas, correspondiente al 1.75 % de la superficie de Chile continental.

Dichas cifras van variando considerando si se suma lo insular y también las variaciones con respecto a las subestimaciones que hay sobre las turberas. En definitiva, se estaría contemplando una superficie aproximada de 1.460.400 hectáreas (1,93 % superficie del País), concentrados principalmente en las regiones de Aysén (444.200 ha), Magallanes (288.600 ha) y Los Ríos (129.300 ha), cuya presencia se da en múltiples formas: “altoandinos” como bofedales y vegas.

En la zona costera hay estuarios, marismas, albuferas (ingresos de mar), y en zonas patagónicas se manifiestan en turberas, verdaderos bloques de vegetación y agua que se prolongan por metros hacia el subsuelo, estimándose que la cifra puede ir en evolución.
Fuentes oficiales señalaban el 2017 que solo el 2% de los humedales tiene alguna protección ya sea como santuario de la naturaleza, conservación marina o Ramsar. La Convención Ramsar, si bien no protege de oficio a humedales, tiene como principal objetivo la conservación y el uso racional de los humedales, existiendo 14 zonas en Chile bajo esta categoría.

Los humedales son vitales para la supervivencia humana, son uno de los entornos más productivos del mundo, y son cunas de diversidad biológica y fuentes de agua y productividad primaria de las que innumerables especies vivas para subsistir, con  innumerables beneficios o «servicios ecosistémicos», desde suministro de agua dulce, alimentos y materiales de construcción, y biodiversidad, hasta control de crecidas, recarga de aguas subterráneas y mitigación del cambio climático. En territorios insulares la existencia de agua dulce depende mayoritariamente de los humedales (turberas, pomponales).

Sin embargo, los humedales se siguen perdiendo, degradando y desapareciendo a un ritmo alarmante. En consecuencia, los beneficios esenciales que dan los humedales a la existencia también van desapareciendo. Múltiples asentamientos humanos se siguen emplazando en estos espacios e incluso, varios siguen siendo objeto de botaderos de basura y escombros.

Convención Ramsar

A nivel internacional existe La Convención Ramsar, relativa a los Humedales, suscrita en ciudad del Irán situada a orillas del Mar Caspio firmada en 1971 y entró en vigor el 21 de diciembre de 1975 (En Chile entró en vigencia en 1981). Su principal objetivo es «la conservación y el uso racional de los humedales mediante acciones locales, regionales y nacionales y gracias a la cooperación internacional, como contribución al logro de un desarrollo sostenible en todo el mundo».

En Chile se han designado durante julio del 2020, dos humedales de importancia internaciona según Ramsarl: “Humedales de Monkul”, cubriendo un área de 1380 hectáreas y El “Humedal del río Limarí, desde Salala hasta su desembocadura” con un área de 527 hectáreas. Los dos en conjunto abarcan un área de 1907 hectáreas.

Chile tiene actualmente 16 sitios designados como Humedales de importancia Ramsar, con una superficie de 363,927 hectáreas. Estos lugares se guían por la Convención y adquieren un nuevo estado a nivel nacional e internacional. Son reconocidos por ser de gran valor, no solo para el país o los países en los que se ubican sino para la humanidad en su conjunto.

Alfredo Seguel

 

Habrían más de 40 mil humedales y se estaría contemplando una superficie aproximada de 1.460.400 hectáreas (1,93 % superficie del País). Los humedales, espacios vitales para la supervivencia, cuna de diversidad biológica, fuentes de agua y productividad primaria para las diversas especies. Ilustración: Humedales Chiloé La cantidad de

«Aproximadamente dos tercios de las tierras indígenas son esencialmente naturales, lo que representa más del doble de la proporción de otras tierras»

Cerca de 38 millones de kilómetros cuadrados, repartidos en 87 países, son propiedad de las comunidades indígenas en el mundo. Así lo establece una publicación de la Revista Nature Sustainability que se viene difundiendo y actualizando desde el 2018, con la cual se busca reconocer a los pueblos indígenas, su ubicación y las labores de conservación de naturaleza que ejecutan en cada uno de sus territorios.

La idea desarrollada inicialmente por el Dr. Ian Leiper, de la Universidad Charles Darwin (Australia) evidencia el papel que juegan la diversidad de pueblos indígenas en el mundo, con lo cual se concluye que, si se involucra en las asociaciones de protección ambiental a pueblos indígenas, estos producirían significativos avances en materia de protección de la naturaleza.

La respuesta que obtuvieron fue que hay al menos 370 millones de personas que se autonombran como indígenas, que descienden de poblaciones que habitaron el mundo antes de la conquista y la colonización y que conservan entre ellos sus propias prácticas. El registro de estos es variante, mientras en África su proporción es alta, en Europa-Asia occidental se presenta la más baja.

De ellos, encontraron los expertos, es al menos una cuarta parte de la superficie de la Tierra. Es decir, 38 millones de kilómetros cuadrados (14,6 millones de millas cuadradas), distribuidos en 87 países o áreas políticamente distintas y se superponen con alrededor del 40 por ciento de todas las áreas protegidas terrestres.

Por otro lado los autores advirtieron la presión que viven estas tierras indígenas que, apesar de ello, «aproximadamente dos tercios de las tierras indígenas son esencialmente naturales, lo que representa más del doble de la proporción de otras tierras», aseguró James Watson, de la Wildlife Conservation Society (WCS) y la Universidad de Queensland, quien también participó en el proyecto.

Ver aquí el mapa inicial /   Revista Nature Sustainability

"Aproximadamente dos tercios de las tierras indígenas son esencialmente naturales, lo que representa más del doble de la proporción de otras tierras" Cerca de 38 millones de kilómetros cuadrados, repartidos en 87 países, son propiedad de las comunidades indígenas en el mundo. Así lo establece una

Curso gratuito de 11 sesiones sobre desarrollo de herramientas para enfrentar el cambio climático será impartido en la comuna de San Bernardo.

 

 

“Adaptándonos al cambio climático desde nuestros hogares” es el nombre del curso que será impartido por la Fundación EcoSur y facilitado por Otec Municipal San Bernardo en el Centro Municipal Canelo de Nos.

El curso será gratuito para residentes de la comuna de San Bernardo, comenzará el sábado 09 de julio de 10,00 a 13 horas, tendrá 11 sesiones (sábados continuos) y cumplirá un total de 33 horas.

El curso será Impartido por la Fundación Eco Sur  y será facilitado por Otec Municipal San Bernardo en el Centro Municipal Canelo de Nos.

Contenidos del curso: Conocimientos sobre cambio climático, fiscalización ambiental ciudadana, energía renovable comunitaria, eficiencia uso del agua, moda y cocina sustentable, autonomías y autosuficiencia.

Inscripciones al correo electrónico: canelodenos@sanbernardo.cl  / Información: +56966168836

El curso está dirigido a vecinos y vecinas de la Comuna de San Bernardo con interés en temáticas ambientales, fiscalización ciudadana y nuevos hábitos de producción y consumo.

El propósito del curso, es contribuir a la aplicación de conocimientos en torno al cambio climático y al desarrollo de herramientas para la fiscalización ambiental ciudadana, la energía renovable comunitaria, eficiencia en el uso del agua, moda y cocina sustentable que generen en la población,  autonomías y aprendizajes para enfrentar la crisis climática y ecológica.

Se denomina cambio climático a la variación global del clima de la Tierra debido a causas naturales, pero principalmente a la acción humana, que se traduce en quema de combustibles fósiles, pérdida de bosques y otras actividades producidas en el ámbito industrial, agrícola y transporte, entre otros, como consecuencia de una retención del calor del Sol en la atmósfera. Esta última característica es conocida como «efecto de invernadero». Entre los gases que producen dicho efecto se encuentran el dióxido de carbono, el óxido nitroso y el metano.

Curso gratuito de 11 sesiones sobre desarrollo de herramientas para enfrentar el cambio climático será impartido en la comuna de San Bernardo.     “Adaptándonos al cambio climático desde nuestros hogares” es el nombre del curso que será impartido por la Fundación EcoSur y facilitado por Otec Municipal

Especial de Pueblos Originarios del Sur da cuenta de la pre existencia milenaria de Pueblos y sus culturas en el sur en lo que hoy geopolíticamente se conoce como zonas transfronterizas  Chile y Argentina.

Mapa portada: Son ilustraciones del historiador Pablo marimán Quemenado

La realidad de los Pueblos originarios se relaciona con historias de masacres, despojos, colonialismo, asimilación, destierros, pandemias por enfermedades occidentales, realidades fomentadas por los estados de Chile y Argentina desde el último periodo del siglo 19 y buena parte del 20, los que bajo permisivas políticas facilitaron masivos asesinatos de habitantes originarios para el despojo de tierras.

En la zona sur de lo que se conoce hoy como Chile y Argentina, está la Nación Mapuche, realidad transfronteriza cuya población mayoritaria se encuentra desde Buenos Aires al sur y desde Santiago al sur, distribuida en diversas identidades territoriales (Pikunche zona norte, lafkenche zona costera, pewenche zona cordillerana, wenteche zona arribana, nagche zona abajina, williche zona sur. En Puelmapu (territorio del este o centro sur de Argentina), también hay otras denominaciones Mapuche como la Ranquelche.

En la zona sur austral también se hace referencia a los Pueblos Chono, Yagán (transfronterizo), Kaweskar, Selk’nam (transfronterizo) y Aonikenk, este último con población en la zona austral de Argentina y considerado extinto en la parte de Chile.

Con respecto a la denominación “Tehuelche”, existen diversas miradas sobre su existencia que se contraponen a la denominación de un pueblo específico ancestral con dicho nombre, más bien, se trataría del nombre dado desde lo Mapuche al Pueblo Aonikenk o pueblos patagones en la zona patagónica austral.

A continuación, Territorio Ancestral comparte una selección de 10 láminas con historias ancestrales de los Pueblos Originarios en el Sur.

Especial de Pueblos Originarios del Sur da cuenta de la pre existencia milenaria de Pueblos y sus culturas en el sur en lo que hoy geopolíticamente se conoce como zonas transfronterizas  Chile y Argentina. Mapa portada: Son ilustraciones del historiador Pablo marimán Quemenado La realidad de los

“Los pueblos quechua, aymara, kolla y mapuche, celebran el año nuevo indicado por el solsticio de invierno, como una época de renovación y purificación”.

A continuación se comparte texto de los archivos de SerIndigena, sobre el denominado “Año Nuevo Indígena”

Nacimiento del Nuevo Sol

Por Claudia Serrano

No sólo la tierra cambia. Los animales mudan su pelaje, las semillas se preparan para comenzar a crecer. En la cosmovisión originaria, nosotros también debemos reflexionar acerca del período que se va y purificarnos con el nuevo sol que nace.

Los pueblos quechua, aymara, kolla y mapuche, que tienen una economía agraria, celebran el año nuevo indicado por el solsticio de invierno, como una época de renovación y purificación. El solsticio de invierno es el punto en el cual el sol más aleja de la tierra, siendo el día más corto del año, y la noche más larga. De ahí en adelante el sol, Chau Antu y el Tata Inti, inicia su acercamiento hacia el planeta. Este fenómeno natural marca la finalización del período de cosecha y el principio de una nueva época de siembra. Este año se celebrará entre el 20 y 25 de junio, dependiendo de cada cultura originaria, a excepción de los pueblos kawésqar y yagán, en quienes esta tradición no está incorporada en sus costumbres.

Solsticio de invierno

Los Solsticios marcan el cambio de estaciones, y en ellos el sol está en el punto más lejano al que puede llegar respecto de la tierra. Durante el 21 de junio, los rayos solares caen directamente sobre el trópico de Cáncer y se produce el Solsticio de invierno en el Hemisferio Sur, con el día más corto y la noche más larga del año; mientras que en el Hemisferio Norte comienza el verano, con el día más largo y la noche más corta del año.

Huata Mosoj

El pueblo kolla tiene una gran variedad de rituales y festividades, que son casi desconocidas ante los ojos del mundo. Los kolla, quienes habitan en la pre-cordillera de la III Región de Chile, también celebran el inicio de un nuevo ciclo marcado por el solsticio de invierno. Esta ceremonia, llamada Huata Mosoj, se realiza al amanecer y es dirigida por un yatiri, encargado espiritual del pueblo kolla. «Para nosotros el año 2003 tiene un gran significado, es un año de sacrificio, de tiempo y esfuerzo hacia la madre tierra. Estamos en el tiempo del indígena, en donde lo que queramos va a estar a favor de nosotros siempre que lo pidamos de corazón», expresó Viviana Herrera, presidenta de la comunidad kolla «Wayra Manta Tujsi», que significa «punta del viento»

Lucero de nieve resplandeciente

A principios de junio se realiza el Qoyllor Rit’i una de las ceremonias indígenas más importantes en el ámbito latinoamericano, debido a que aún conserva sus prácticas originales. Se trata de un ritual de purificación, cuyo nombre significa en español «Lucero de Nieve Resplandeciente». Este ceremonial, cuya fecha se fija de acuerdo al calendario lunar, tiene la particularidad de realizarse en el nevado de Apu Ausangati, a 4.700 metros de altura, en el departamento de Cuzco, Perú.

Así comienza la preparación de este mes de gran significación para los pueblos indígenas. El Qoyllor Rit’i es la apertura oficial del Inti Raymi, que se celebra fines de mes.

Inti Raymi en Ollagüe

El pueblo quechua celebra el Inti Raymi, el 24 de junio, y la ceremonia central se realiza en el Cuzco, Perú. Sin embargo este año, el Inti Raymi también se celebrará en Ollagüe, localidad ubicada en la frontera de Chile y Bolivia, a más de 3 mil metros sobre el nivel del mar. La iniciativa surgió de la comunidad quechua de Ollagüe, ya que tienen como objetivo recuperar la celebración de esta ancestral festividad indígena. Para ello la comunidad deberá esperar durante la fría noche altiplánica del 23 de junio, el amanecer, momento de la llegada del Tata Inti.

El Pago a la Pachamama

Los pueblos andinos celebran cada 21 de Junio, el año nuevo Ayamara-Qhiswa, ó el MACHAQA-MARA ó el MUSUQ-WATA, conocido históricamente como el MARA-T’AQA (separación del año). Sin embargo, para algunos investigadores la celebración del Machaq Mara es una reivindicación del mundo andino contemporáneo.

En Tiwanako, Bolivia se celebra el entre el 20 y 21 de junio el regreso del sol, denominado «Wilka Kuti». En los meses de mayo y junio termina la fase de cosecha o choquellamallu. El 3 de mayo se realiza un agradecimiento al Pusi Wara o Cruz del Sur, que rige el calendario andino. En junio descansa la tierra. Y el 21 de junio es cuando más se aleja el sol. Originalmente se realiza el marat’aqa, o el agradecimiento al sol y la Pachamama por las cosechas. A partir de ese momento se inicia la nueva siembra. Es el sol que debe dar energía para una buena cosecha.

La tierra provee como una madre y por ende se le debe pagar. Dentro de la cosmovisión andina, el hombre no puede vivir sin pagar a la tierra. Es una filosofía de reciprocidad para vivir en armonía, que se refleja en el Año Nuevo Andino.

We Tripantu

De todas las celebraciones el We Tripantu es quizá la más conocida. Este ceremonial estaba perdido y desde algún tiempo ha comenzado a despertar. Grupos conscientes de la identidad y del rescate mapuche han iniciado un proceso de revitalización e investigación de este rito. Habitualmente se realiza durante la noche del 23 de junio, y se espera hasta el amanecer la llegada del «nuevo sol que regresa». La ceremonia comienza antes de que el sol se oculte en el horizonte, entonces se realiza el yeyipun con la presencia de los invitados. En este ritual se invoca a los mely chi laku, los antepasados «los cuatro abuelos», y es dirigida por una machi o por el lonko del lugar. El ritual culmina con el ocultamiento del sol en el oeste.

Dentro de la ruka escogida arde el fogón (kütral) y se cocina gran cantidad de alimentos, que todos los presenten comparten. Los ancianos cuentan historias a los niños, y a través del nütram conversación mapuche, los aconsejan para que sean buenas personas y lleguen a convertirse en kim che (hombres sabios). Tomando mate, comiendo sopaipillas, carne de chancho y bailando, se pasa la noche.

También se realiza otro ritual llamado katan pilun, en el cual la niña recibe la vestimenta mapuche de la mujer y los lóbulos de sus orejas son perforados, recibiendo además su primer par de aros. Esto simboliza el inicio de su vida como mujer y el asumir un rol en la comunidad.

Al observar una determinada posición de un grupo de estrellas llamadas pürapa nao (siete cabritos), kapura y wünelfe (lucero del amanecer), los sabios mapuche saben cuál es el momento preciso antes del amanecer. Antiguamente, se bañaban en un río, que según dicen es tibio sólo esa mágica noche. En algunas comunidades aún se conserva esta tradición.

“Los pueblos quechua, aymara, kolla y mapuche, celebran el año nuevo indicado por el solsticio de invierno, como una época de renovación y purificación”. A continuación se comparte texto de los archivos de SerIndigena, sobre el denominado “Año Nuevo Indígena” Nacimiento del Nuevo Sol Por Claudia Serrano No sólo

“Somos parte de un todo. Somos seres parte de la naturaleza, inter conectados con sus fuerzas y espíritus en esta tierra que nos permite la existencia y que hoy más que nunca debemos fortalecer y hacer crecer”

Un nuevo ciclo llega en esta parte del hemisferio sur, donde numerosas familias comparten para acompañar la renovación de las energías y las fuerzas de la naturaleza bajo las tradiciones culturales, religiosas y espirituales.

Así como diversos otros Pueblos mantienen vivo la celebración de este ciclo, como el Quechua con el Inti Raimi, el Aymara con el Machaq Mara entre diversos otros pueblos de culturas milenarias, en esta parte del planeta, el Pueblo Mapuche tradicionalmente viene conmemorando el We Tripantu o Wiñoy Tripantu.

Kümey Monguen, Kümey We Tripantü. Un buen vivir, un buen nuevo ciclo es el mensaje que se señala en cada lugar. Pasito a pasito este nuevo ciclo se va renovando y el llamado que se viene haciendo es a considerar estos momentos para conectarse con los elementos de la naturaleza, con las fuerzas vivas de la tierra.

Todo Pueblo tiene derecho a la recuperación y revitalización de sus tradiciones, como también a compartir sus creencias con quien quiera recibirlas y respetarlas, nunca bajo parámetros neo coloniales con la folklorización que a veces se hace en estas fechas.

Este nuevo ciclo es considerado como una nueva oportunidad para reafirmase y re energizar la existencia en estos territorios, con respeto, humildad, en la búsqueda conocimientos, de la honestidad, de la fortaleza, con conciencia y desprendimientos, dejando de lado soberbias, egos, individualismos y todos aquellos elementos negativos que alteran nuestra convivencia con el medio que nos rodea. Es una oportunidad para el continuo caminar bajo la guía del Az Mapu.

Alfredo Seguel

A continuación, se comparten dos videos, uno gráfico de Kimeltuwe y otro denominado “Ciclo de vida en el mundo mapuche y en la madre tierra) de M.G (Ka). Asimismo, van dos textos respectivos, seleccionados desde archivos históricos, uno corresponde al educador Juan Pablo Manquenahuel y otro a la educadora y lingüista, Elisa Loncón.

¿Qué es el we tripantu? (Kimeltuwe, Materiales de Mapudungun)

https://youtu.be/mv7gtNFTuEs

We Tripantu – La Salida del Sol (ciclo de vida en el mundo mapuche y en la madre tierra)

https://youtu.be/oPJZUTKFSmg

WE TRIPANTU

EL RITO DE LA RENOVACION DE LAS FUERZAS DEL UNIVERSO

POR JUAN PABLO MANQUENAHUEL M.

Un antiguo dicho de la sabiduría mapuche ancestral que dice IÑEY NO RUME KIMLAY CHEU AMUTUAL KIMNOLU CHEU ÑI, ÑI KUPALME ( nadie puede saber a donde ir, si no sabe de donde viene) iluminó mi espíritu investigador despertando en mi el firme propósito de rescatar de la memoria histórica mapuche aquellos acontecimientos que para nuestro antepasados (KUIFIKE CHE) constituyen mayor trascendencia para nosotros los mapuche como pueblo y cultura originaria.

En esta oportunidad me referiré al WIÑOY TRIPAN ANTU o WE TRIPANTU lo que se traduce como la nueva salida del sol o volvió el sol, rito ancestral de la renovación de las fuerzas del cosmos y la naturaleza.

Cuentan nuestros ancianos que nuestros antepasados se plantearon el descubrir y comprender los fenómenos y acontecimientos físicos que ocurren cada cierto tiempo en el universo y en la naturaleza, uno de ellos fue el percatarse que existe un momento durante el cual el avance de la noche alcanza su máxima extensión, a partir de esa noche se produce un proceso inverso es decir los días se hacen más largos y las noches comienzan a disminuir, esto los antiguo lo llamaron KIÑE PUN TREKAN ALKA ( la noche avanza a paso de gallo). A este punto culmine en la transformación del tiempo lo denominaron WIÑOY TRIPAN ANTU o WE TRIPANTU , esto ocurre en el tiempo de PUKEM (invierno) para todos los que vivimos en este lugar del planeta, más allá de nuestro origen.

La ciencia ancestral mapuche llegó a determinar la fecha del WE TRIPANTU guiándose por la observación de los fenómenos que ocurren en el universo, uno de ellos es la visión de un grupo de estrellas denominadas GUL POÑY montón de papas o la gallina con sus pollitos( las Pléyades) que en esa determinada noche se puede ver más cerca de la tierra. También influye en cambio de KUYEN ( la luna) a la que se le atribuye la renovación de las fuerzas de las aguas, otro elemento que influye es la presencia del WUNELFE lucero del amanecer al cual se le atribuye la renovación de la flora, es decir de plantas y arboles que muestran sus CHOYIÑ (brotes) y por último el regreso de ANTU (sol) quien renueva el KIMUN y RAKIDUAM del ser mapuche, la gente de la tierra.

La importancia de este momento para la vida mapuche se debe manifestar por medio de diversos ritos ancestrales. Es así como la tarde del día anterior, antes que el sol se ponga en el LAFKEN MAPU se inician los preparativos instalandose el ANUM o REWE que representa el árbol cósmico de la vida. Los invitados, familiares y amigos se congregan en el lugar de la ceremonia sagrada y con la llegada de la MACHI o el LONKO, que tienen el rol de dirigir el ritual del YEYIPUN donde se invoca la intermediación de los ancestros sagrados para que el dueño de la gente y el cosmos GNEMAPUN, ELCHEN, ELMAPUN O GNECHEN restablece a la comunicación espiritual con todos los que participan en el rito. Al anochecer en sus ramadas o alrededor de un KUTRAL (fogón) se reúnen todos para compartir el NUTRAM (conversación) de los ancianos y sabios que cuentan hechos de nuestra historia y entregan conocimientos a los niños y jóvenes, también se hace GULAM (concejo) por parte de los KIMCHE (sabios) donde instruyen para que uno sea KUME CHE ( buena gente), NOR CHE(ser justo), NEWEN CHE ( tener fuerza interior) y KIMCHE (sabio) . Durante la noche se hacen PURUM (bailes), ULKANTUN (canto) y AUAKANTUN (juegos), todo ello fortalece el espíritu comunitario y solidario que tiene el pueblo mapuche.

De madrugada, cuando aparecen las GUL POÑY un grupo de estrellas, se anuncia la llegada del WIÑOY TRIPAN ANTU o WE TRIPANTU y se prepara la ceremonia sagrada del amanecer el GNILLAN MAWUN, luego cuando aparece el WUNELFE o lucero del alba, y antes que el sol salga por el horizonte, la gente se baña en el LEUFU (rio) INAN LAFKEN (lago) o cualquier lugar donde exista agua, simbolizando estar preparado tanto físicamente como espiritual mente para recibir la llega del WIÑOY TRIPAN ANTU. El regreso del sol y de la luz trae junto con la renovación de la naturaleza el renacer del pensamiento y sabiduría mapuche.

Durante el día se realizan otros ritos de trascendencia para nosotros los mapuche como pueblo, uno de ellos es el LAKUTUN que consiste en otorgar al niño o niña un nombre que lo vincule con su KUPALME (origen) dándole su particularidad individual dentro del conjunto. También se realiza el rito del KATAN PILUN (perforación de las orejas) donde la niña recibe sus primeros CHAWAY (aros) y su vestimenta tradicional.

Es necesario anunciar que estos y otros conocimientos se vieron gravemente amenazados, a la luz de la sabiduría originaria siguió la oscuridad de la invasión, la conquista y la evangelización, comienzo de un periodo de sufrimiento dolor y tristeza ,transformando el desarrollo de nuestra sociedad y el libre andar de nuestra espiritualidad, muestra de ello es el santoral que se impuso a la celebración del WIÑOY TRIPAN ANTU motivo por el cual mucho de nuestros hermanos festejan ese día como un homenaje a san Juan, desconociendo la trampa cultural que nos ha envuelto.

A pesar de todos los intentos de exterminio, asimilación y dominación nuestra memoria histórica está viva PETU MOÑEIÑ, por que la sabiduría mapuche se expresa en mapudungun idioma de nuestro pueblo, es por ello que hemos resistido en la práctica y sentido del WIÑOY TRIPAN ANTU por que desde aquí desarrollamos y proyectamos nuestra filosofía de vida como parte de un cosmos integral.

EL WIÑOY TRIPAN ANTU o WE TRIPANTU adquiere todo su sentido, coherencia y singularidad como fenómeno cósmico y natural, en tanto ocurre aquí, ese preciso momento, para todos los que habitamos y vivimos en este lugar del planeta, más allá de nuestro origen. Nuestro pueblo al ser consciente de ello lo valora y lo convierte en práctica sagrada, lo que nos vuelve parte del lugar.Igual actitud podría ser que asumieran nuestro hermanos no mapuche, para quienes el WIÑOY TRIPAN ANTU constituye una oportunidad de enraizarse según su propia particularidad como gente de la tierra.

La trascendencia del WIÑOY TRIPAN ANTU o WE TRIPANTU es que nosotros como parte de la naturaleza y un cosmos integral nos renovamos en nuestras fuerzas y conocimientos con la esperanza de un futuro mejor, por eso SOMOS EL WIÑOY TRIPAN ANTU.

CHEM ANTA WIÑOY TRIPAN ANTU ? INCHIÑ TA WIÑOY TRIPAN ANTU.

Dedicado a todos nuestros hermanos y hermanas perseguidos y encarcelados por defender nuestro territorio, conocimiento y saber ancestral mapuche. Por que esta pronto el regreso de los cóndores del sol.

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Wüñol Tripantü o Wvñol Xipantv Historia, presente y futuro para los pueblos originarios

POR ELISA LONCÓN

El festejo del Wüñol Tripantü es una fiesta con la naturaleza, con la familia y la comunidad. Se celebra la renovación de la vida, de la tierra, de los animales; toda la naturaleza vuele a renacer. Es una práctica milenaria que siempre ha estado en la memoria mapuche, aunque había sido sustituida por San Juan el Bautista, por efecto de la evangelización y de la colonización.

El reinicio del año parte con el solsticio de invierno, el 21 de junio en el hemisferio sur. En ese día los rayos caen directamente sobre el Trópico de Cáncer, por ello es más corto el día y la noche más larga. Las fiestas se realizan desde el 21 al 25 de junio. A partir de entonces el Sol, inicia su acercamiento hacia la tierra, día a día la noche se acorta y el día se alarga.

Los pueblos indígenas de Chile, desde el norte a Puerto Williams, se preparan para recibir un nuevo ciclo de vida junto a la madre tierra, se trata del Wüñol Tripantü (mapudungun), Inti raimi (quechua) Machaq mara (aymara).

En la cultura mapuche se dice que la tierra descansa en el otoño y que es purificada con las lluvias de entrada del invierno. Después de las lluvias, el sol permite los primeros brotes, las primeras flores, nacen los animales, viene la primavera, y la tierra continúa su ciclo natural al verano, otoño, para reiniciar en el otro invierno.

En esta celebración confluyen la cosmogonía, cosmovisión y valores de los pueblos, y que se caracteriza por:

a) La unicidad del mundo y del universo, somos una parte del universo, lo seres humanos, todo cuanto existe conforman el universo.

b) El sentido de pertenecía del ser humano a un colectivo, compuesto por hombres y mujeres en complementación. La complementación del hombre con la mujer, los vivos como los antepasados, la naturaleza con los seres que la habitan, lo terrenal con lo espiritual, todos son parte de lo que uno es, todos se necesitan.

c) El sentido de reciprocidad de las relaciones humanas entre las personas y con la naturaleza, se recibe y se da, por eso también se debe agradecer y dar;

d) El sentido cíclico del tiempo. El año vuelve a su inicio, la naturaleza vuelve a empezar; la vida es una constante renovación.

e) La conexión del mundo visible con lo espiritual. No hay frontera entre lo real y lo imaginario; el acto de la materia y el alma; una profunda práctica espiritual en el que se basa el pensamiento indígena. La pertenencia del ser humano a una totalidad, conduce a la noción de la armonía entre el hombre y el mundo, al equilibrio entre las fuerzas naturales y a la posibilidad de escuchar la madre tierra, a un estado de paz y contemplación. Este modo de vida es tan profundo que nos remite a un mundo en constante movimiento, vida y conexiones entre todo lo que habita (material o espiritual).

Dicho lo anterior, es muy importante aclarar el nombre de la festividad. Se llama Wüñol Tripantü (Wvñol Xipantv, Wvñoy Xipantv), con el verbo wüño- ‘regresar, volver’ y no we tripantü, este último es un calco semántico del concepto ‘año nuevo’ de la cultura no mapuche. Hay una diferencia profunda entre conceptos, Wüñol Tripantü, ‘regreso del año’, corresponde al reinicio de un ciclo, we tripantü, lleva implícito el tiempo lineal, donde un año nuevo deja atrás a uno viejo, que se va y no vuelve. El tiempo indígena es cíclico, no lineal. El cambio de nombre no es una simple casualidad, sino producto de un fenómeno conocido como aculturación lingüística, la lengua dominante modifica la morfología, sintaxis, y contenidos semánticos de la lengua dominada, en este caso se cambia el contenido y el nombre de la celebración.

La recuperación de la memoria del Wüñol Tripantü

La recuperación pública del wüñol tripantü viene de 1985, cuando un grupo de jóvenes mapuche integrantes del Taller de Teatro Mapuche del AD-MAPU, dedicados a la investigación y difusión de su cultura, manifestaron su inquietud por saber por qué todos festejaban el 24 de junio. Investigaron y llegaron a la fuente de la memoria, cuando un kimche ‘sabio’ les explicó las razones de esta celebración; les dijo que no era el festejo de San Juan, sino el wüñol tripantü. El anciano además contextualizó la historia en el calendario agrícola mapuche, en la cosmovisión del pueblo y en la historia; su claridad permitió conectar todas las historias reunidas por el grupo y de allí, una voz de marichi wew, volvió a propagarse por todo el wallmapu anunciando el Wüñol Tripantü, y que hoy se propaga por el chilemapu, también lo celebran históricamente, los pueblos Aymara, Quechua, Lickan antay.

La primera celebración pública se hizo en Temuco el 23 de junio 1985, en este evento participaron estudiantes, jóvenes mapuche, dirigentes junto a los grandes sabios de entonces, como lo fue lamngen Anselmo Rangileo, dirigentes como José Luís Huilcaman, Santos Millao, y otros. Hoy, el paso de la ceremonia de Wüñol Tripantü de lo privado y familiar a lo público, ha ayudado a fortalecer la cultura mapuche en los espacios públicos, ha permitido que se declare el 24 de Junio como Día nacional de los pueblos indígenas (1998). También la actividad se celebre más allá de las comunidades, en las escuelas, los municipios, las universidades, los jardines, en las organizaciones; y lo más importante ha permitido visibilizar la cultura como una práctica del presente, no del pasado, del museo, ni del folclore.

“Somos parte de un todo. Somos seres parte de la naturaleza, inter conectados con sus fuerzas y espíritus en esta tierra que nos permite la existencia y que hoy más que nunca debemos fortalecer y hacer crecer” Un nuevo ciclo llega en esta parte del hemisferio

Compartimos a continuación una bella reflexión que hace el escritor, poeta y oralitor, Elicura Chihuailaf, cuyo texto fue compartido hace algunos años pero cuyo profundo mensaje sigue vigente en este nuevo ciclo de la naturaleza.

 

Elicura Chihuailaf: “Agradecer en We Tripantu”

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Nuestro maravilloso otoño ya inició su viaje en el círculo del tiempo, otro será cuando regrese a los bosques que aún luchan por su permanencia en nuestro mundo. Aquí en el sur, silba ahora el viento entre las cornisas de mi casa Azul. Llegó el invierno con su lluvia a humedecer la Tierra para el comienzo de los nuevos Sueños y sembrados. A pesar de la codicia, de la obstinada depredación con la que unos pocos violentan la Tierra, han de multiplicarse otra vez los bosques sagrados para que se sigan cumpliendo las leyes de la Naturaleza y continúe la vida del Agua: los ríos, las nubes, las hierbas medicinales, las aves, las flores, los árboles, las plantas, los insectos, los animales, la Gente; están diciendo nuestras Ancianas / nuestros Ancianos. No hay desmemoria en el Poder de nuestra Mapu Ñuke / Madre Tierra que respeta siempre sus normas / sus promesas, nos están diciendo. Por eso no nos queda más que recordar, recordar, para vislumbrar el futuro. Reiterar lo que nos dijeron / que nos dicen / que decimos.

Es así, todavía. El 20, 21 ó 22 de junio del calendario occidental, concluida ya la Luna de los Brotes Cenicientos / Otoño, comienza el tiempo de la Luna de los Brotes Fríos / Invierno. Como se sabe, con su solsticio sucede la noche más larga del año y el Sol da “un paso de gallo / kiñe trekan alka”, dice nuestra gente. Empieza a crecer poco a poco el día. Se renueva el ciclo de la naturaleza. ¡Es el We Tripantu / el Año Nuevo Mapuche!, la nueva salida del Sol. Fluyen las aguas de las vertientes en los esteros para purificar nuestro cuerpo y aliviar nuestra sed. Los lagos y los volcanes resplandecen de Silencio, tan sólo interrumpido por el murmullo de los peces. Fluye el agua Azul de las Palabras, prosigue su tarea incansable: aumentar el caudal de nuestro espíritu que pulimenta -con su habla poética- la dura roca que es nuestro corazón.

Una y otra vez los mismos pensamientos, como gotas de rocío, para que no cese de florecer la memoria, nos está diciendo nuestra gente. Al amanecer, con llellipun / rogativas agradecemos. Golpeamos los troncos de nuestros árboles para despertarles la savia, para que nos regalen sus flores, para que nos regalen sus hongos y sus frutos. Escuchamos los Gvlam / Consejos de nuestras Mayores / de nuestros Mayores. Oímos los epew / relatos, las konew / adivinanzas. Bebemos muzay (de piñón, maíz o trigo) y seguimos gozando de los aromas de nuestras comidas. Y tocamos nuestros instrumentos musicales: trutruka, lolkiñ, pifillka, trompe, kultrun, waza, kaskawilla. Y bailamos, bailamos, mientras con alegría y con tristeza entonamos nuestros cantos. Pu mapuche mogeleyiñ / los mapuche estamos vivos, decimos –a pesar de todo- contentos, solemnes, pensando en nuestros Antepasados, agradecidos de ver que crecen nuestros hijos y nuestras hijas, y sus hijas e hijos.

            En el Nvtram, el arte de la Conversación, nuestras abuelas / nuestros abuelos, nuestros padres, nos hablaron de las Costumbres de nuestra Tierra. Entonces, para ver mejor los días venideros -en campos y ciudades-  en el Nvtram ascendemos a la alta cumbre de la Ternura, de la historia, de la música de nuestros vlkantun / poemas. Como cada año, en este We Tripantu hay niñas y niños nuestros escuchándolos / escuchándonos. Les estamos –otra vez- diciendo que hemos comprendido que así como es hermosa la rubiedad es también hermosa nuestra morenidad (con todo lo que ello significa); que tenemos que luchar para vivirla con agradecimiento y no con dolor (como suele suceder con frecuencia). Que es maravilloso el Jardín del Mundo, y que estamos agradeciendo y que estamos pidiendo que -en la diversidad de formas, aromas y colores- no se marchite la flor Azul de nuestro origen. No en vano nuestra Gente ha luchado y lucha por la recuperación y revitalización de nuestro territorio y nuestra cultura; cada cual aportando lo suyo: imprescindibles

            Somos el Sueño Azul del infinito, porque somos el Sueño / los Brotes de la Tierra y del Agua que contemplan nuestros Sueños. En lo visible e invisible / lo positivo y negativo, somos hermanos / hermanas de las estrellas. El Pvllv / Espíritu que habita en nuestro cuerpo, nos dicen, vino de Wenulewfv / la Vía Láctea / el Río del Cielo. Retornará para rielar en sus caudales. Kom pu Che ka pu kamollfvñ wenvy: ¡Kvme We Tripantu!

Kechurewe, Luna de los Brotes Fríos

Compartimos a continuación una bella reflexión que hace el escritor, poeta y oralitor, Elicura Chihuailaf, cuyo texto fue compartido hace algunos años pero cuyo profundo mensaje sigue vigente en este nuevo ciclo de la naturaleza.   Elicura Chihuailaf: “Agradecer en We Tripantu” Nuestro maravilloso otoño ya inició su